Una revisión de estudios determinó que el maltrato infantil “es marcadamente consistente” con el desarrollo de estrés postraumático en la edad adulta.
El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad mental en la que la persona afectada siente miedo, ansiedad y episodios de terror incluso años después de haber padecido un trauma, según Medline Plus.
Este trauma puede ir desde guerras y accidentes automovilísticos hasta la muerte de un familiar, pero en el caso de los niños, el abuso sexual y el maltrato físico pueden dejar heridas emocionales similares a las experimentadas por veteranos de guerra y sobrevivientes de accidentes.
Las mujeres tienen una mayor tendencia a desarrollar este trastorno y la data indica que el 94% de las que sufrieron abuso sexual a edades tempranas desarrollaron estrés postraumático y trastorno de personalidad limítrofe en su adultez.
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El abandono también trauma
Los especialistas aseguran que “la exposición precoz a una situación de estrés puede traducirse en cambios a largo plazo en los sistemas neurobiológicos que están involucrados en la respuesta al estrés”. Y que dentro de lo que se considera maltrato infantil se encuentran también situaciones de abandono y negligencia que no implican directamente golpes, amenazas o abuso sexual.
“Parece importante destacar que no solo el abuso sexual o físico son importantes factores de riesgo para el trastorno. El abandono, ya sea físico o emocional, puede pasar más desapercibido que un abuso sexual; sin embargo, su asociación con trastorno de estrés postraumático es alta”, explica el estudio.
Entre los síntomas de este trastorno se encuentran evitar lugares, personas u objetos que le hagan revivir el trauma, recordarlo vivamente y sentirse como que lo vuelve a vivir, estar hipervigilante ante los peligros y experimentar cambios negativos en su estado de ánimo.
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Aunque muchos mejoran con terapia, otros necesitan medicación. Los especialistas recuerdan la importancia de criar a los niños en un ambiente seguro y brindarles ayuda especializada si son víctimas de maltrato, de tal manera que estas vivencias no comprometan su salud mental en la edad adulta.
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