Un mito generalizado por las abuelas dice que dejar llorar al bebé fortalece sus pulmones, aunque nuevos métodos de crianza indican que a los bebés no se les debe dejar llorar. ¿Quién tiene la razón?
Un estudio de la Universidad James Madison, de Estados Unidos, asegura que se trata de especulaciones y tradiciones que se transmiten por la vía oral, sin ninguna prueba científica, y que se ha convertido en “conocimiento por autoridad”.
Esto se traduce en que es algo que todos dan por sentado porque lo dicen figuras de autoridad, como abuelas, tías, madres y padres, que a su vez lo han escuchado de sus familiares.
Generalmente esta información es dada por cierta y no se cuestiona y pasa a incorporarse como método de crianza.
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En inglés se le conoce como CIO (‘cry it out’) y tiene el objetivo de que el bebé aprenda a autoregularse. El problema es que el niño no deja de llorar “porque aprendió la lección”. Deja de llorar porque su sistema se agota, explican pediatras.
La pediatra Carla Estrada explica que los pulmones del bebé ya están desarrollados cuando nace y que el llanto es su medio para comunicar dolor, hambre, aburrimiento, inseguridad. Es por ello que debes atender al bebé cuando está llorando, no dejarlo llorar hasta que se canse.
Para la doctora, dejar llorar al bebé es una “crueldad” y los enseña que cuando necesitan algo nadie va a ir a ayudarlos y consolarlos.
Harvard alerta sobre los daños causados por el estrés
Un estudio de la Harvard Medical School determinó que: “una considerable investigación, tanto la investigación experimental con animales como con humanos, ahora documenta los efectos perjudiciales del estrés temprano en el desarrollo del cerebro. Estos efectos pueden ocurrir no solo en respuesta a situaciones estresantes intensas y repetitivas, sino que, con cierta probabilidad, también pueden ocurrir en situaciones de paternidad que no responde”.
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Enfatizan que “el llanto es perjudicial para el desarrollo de los bebés y tiene un impacto negativo en las estructuras neurológicas, las respuestas al estrés, la salud física y el bienestar socioemocional”.
De acuerdo a un informe de la BBC, ignorar el llanto de los niños puede tener consecuencias a largo plazo, pues esto aumenta la hormona del estrés.
Asegura que los niños que son atendidos, validados y contenidos, tienen mejores resultados “sociales, emocionales y educativos”.
