Afrontar la muerte de un ser querido siempre es duro, sobre todo cuando se trata de la madre, ya que ella representa nuestro primer amor. Este se trata de un tipo de dolor para el que nunca estaremos preparados, ya que cuando tienes una conexión tan fuerte con alguien no existe una fórmula mágica que pueda mejorar de inmediato la perdida.
Afrontar la muerte es un proceso común
De acuerdo a The Royal College of Psychiatrists en Reino Unido, el duelo es una experiencia que resulta angustiosa, pero igualmente es muy común. La mayoría de las personas han experimentado la pérdida de un ser querido en algún momento de la vida, siendo la muerte de la madre uno de los más comunes.
Motivado a que se habla poco sobre superar la muerte de un familiar, ya que no es algo que pase con frecuencia; al momento de enfrentar el luto es difícil saber lo que se debe hacer o que es “normal”. Aunque cada quien tiene sus propias formas de duelo, es clave tomar en cuenta que la mayoría de estas experiencias se superan mediante el llanto.
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Cómo experimentamos el dolor de perder a una madre
Aunque el luto siempre causa que nos sintamos afligidos, la perdida de una madre puede ser especialmente dura. Es importante recordar que el dolor incluye varios sentimientos que cada persona puede experimentar de forma distinta. Sin embargo, estos suelen ser los sentimientos más comunes al afrontar la muerte.
Afrontar la muerte genera conmoción
Al morir un pariente tan cercano, como la madre, la mayoría de las personas experimentan una inesperada sorpresa. Las personas sienten una sensación de entumecimiento, que incluso puede ayudar en el momento que toca hacer todos los arreglos correspondientes de un funeral. Pero es necesario no dejar que este sentimiento dure por mucho tiempo, ya que aceptar la realidad es la primera forma de enfrentar la perdida.
La negación es parte del proceso
Cuando el entumecimiento desaparece puede reemplazarse por la negación. Negarse a aceptar que no se volverá a ver a la madre es un sentimiento frecuente. Además el hijo se encuentra anhelando estar con la persona fallecida. Esto hace que sea mucho más difícil relajarse o concentrarse al momento de dormir, ya que incluso los sueños pueden ser molestos.
Ira y culpa, son emociones incontrolables
El enojo y la culpa son sentimientos que también se viven al afrontar la muerte. Dicho enojo puede ser con los médicos o enfermeras quienes a juicio de la persona en luto, no hicieron lo suficiente para salvarlo. Por otra parte el sentimiento de culpa surge por no haber dicho o hecho más cosas mientras que la madre estaba viva. Por eso es vital aprovechar cada minuto con la madre, mientras todavía se encuentra viva.
La tristeza es parte de superar la muerte de un familiar
Luego de los estados de agitación, comienza la tristeza, el silencio e incluso el retraimiento. Perder a una madre implica querer estar solo para procesar todo lo que está pasando y eso también es idóneo. Los periodos depresivos pueden volverse mucho más frecuentes con el tiempo. Incluso se experimentan espasmo de dolor al recordar lugares y cosas relacionados con la madre.
El dolor es un proceso natural y aunque no hay un tiempo determinado para superarlo; es ideal buscar ayudar profesional si existe el sentimiento que la situación se vuelve cada vez más insoportable.
Finalmente llega la aceptación
Por más lejano que parezca finalmente llega la aceptación al superar la muerte de un familiar. La mayoría de las personas llegan a recuperarse de una perdida después de uno o dos años. Es importante entender y dejar ir a esa persona tan amaba, como es el caso de una mamá.
Afrontar la muerte es difícil pero la vida continúa, la conexión entre madre e hijo nunca se pierde, es un vínculo que se ha creado desde el momento en que su madre lo llevó en el vientre y que traspasa todas las barreras. No importa cuánto tiempo pase, solo una persona que perdió a su madre sabe lo difícil que resulta cuando se despide al amor verdadero.
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