El chile Carolina Reaper fue declarado en el año 2013 como ‘el más potente del mundo’ con un registro de 1.570.300 Unidades de Scoville (SHU), la medida usada para valorar lo picante que es un alimento.
La sensación de quemazón que produce el consumo de chile es ocasionada principalmente por un compuesto llamado capsaicina, presenta en la placenta del chile. El Carolina Reaper nació producto de la mezcla entre el segundo chile más picante del mundo y el habanero.
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Pero, ¿qué le ocurre al cuerpo humano cuando consume este fruto? A través de redes sociales se han difundido videos de personas probando el Carolina Reaper: rostros enrojecidos, tos continua, lágrimas y hasta vómitos, son algunos de los efectos del poderoso picante.
Tomado de: YouTube/REACT
“Cuando pruebas un chile, no ocurre una respuesta al sabor, sino al dolor”, explica el profesor de psicología de la UC San Francisco, David Julius. La capsaicina engaña al cerebro y junto a los receptores de picante en las fibras nerviosas, le hace creer que el cuerpo está ‘ardiendo’ (literalmente).
Esas fibras nerviosas provocan inflamación y aumento del flujo sanguíneo, por lo que se presenta la inflamación de los labios. Por otra parte, las membranas mucosas hacen un intento por expulsar el compuesto que está generando dolor, lo que hace que la nariz empiece a expulsar moco y los ojos, lágrimas.
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“El cuerpo básicamente está diciendo, sáquenme esto”, indica por su parte el psicólogo experimental John Prescott. Al tragar el chile, la garganta empieza a experimentar un ardor incontrolable, por lo que es normal toser o atragantarse.
“El cerebro recibe una señal de que hace calor afuera, y estos reflejos simpáticos surgen por una orden cerebral para activar las respuestas refrescantes”, añade Julius. En este punto aparece el sudor en el cuerpo y el enrojecimiento en rostro y pecho.
Finalmente, mientras el organismo digiere el Carolina Reaper, los intestinos empiezan a producir mucosa para expulsar la sustancia irritante por lo que puede presentarse un cuadro diarreico. ¿Has escuchado que ‘si pica a la entrada, pica a la salida’? Esto se debe a que las fibras de dolor se encuentran incluso en la zona rectal.
¿Te le mides a comerlo o es demasiado intenso para ti?
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— América Digital (@AmericaDigital) 31 de agosto de 2018
