Puede que la mejor solución para evitar los brazos gruesos sea con buena alimentación y rutinas de ejercicio diario, sin embargo, puedes apoyarte en trucos de vestimenta para lucir mejor.
Si te incomodan los brazos gruesos al momento de usar blusas escotadas o no te sientes cómoda puedes disimularlos con los siguientes consejos.
Debes tener presente al momento de comprar piezas nuevas que la tela elástica o demasiado ajustada al cuerpo no te favorece porque evidencia más los brazos gruesos.
Apostar por mangas cortas es un error cuando se busca camuflar las extremidades superiores, lo más idóneo es usar mangas largas y poco ajustadas. Por otro lado, las mangas 3/4 son ideales para estos casos porque suelen llegar hasta la zona más delgada del brazo cubriendo lo que no se quiere mostrar.
Seguramente ya sabes que el color negro es el aliado favorito de las personas que quieren disimular los kilos de más porque ofrece un efecto visual más estilizado. Por eso, inclínate por camisas negras, de colores oscuros o mate en las mangas para restar volumen a los brazos.
Agrega chamarras con hombreras definidas en tu look, de esta forma logras disminuir la redondez de los brazos y se obtiene un visual más delgado.
Por otro lado, evita por completo las blusas sin mangas porque esto solo hace más notorio el detalle que tanto te incomoda y quieres mejorar.
Ciertamente hay trucos que funcionan para disimular los brazos gruesos pero si realmente no te sientes bien con el aspecto que tienen busca una solución más duradera. Es decir, trata de comer más saludable y realiza ejercicios que se enfoquen en darte una apariencia más definida en esa zona.
Una forma más efectiva y duradera de tener brazos atractivos es haciendo ejercicios que favorezcan esa zona. Sin embargo, también es importante adoptar una buena alimentación.
Comienza en la postura de la plancha alta, después de eso, baja un codo e inmediatamente baja el otro. Sube nuevamente cada brazo (como si marcharas con los codos). Regresa a la postura de inicio y repite varias veces para ir despidiéndote de los brazos gruesos.
Solo necesitas encontrar un objeto para apoyarte, puedes usar una silla, mueble o superficie baja. Lo primero es sentarte dándole la espalda al elemento. Después de eso, pon las manos sobre la silla o el objeto que estés utilizando con una separación de un ancho de hombros.
Posteriormente, lleva los glúteos y la pelvis hacia adelante para obtener una distancia entre 7 y 15 centímetros de la silla. Luego, extiende las piernas y con los pies bien apoyados sube del piso. Regresa al inicio y repite 12 veces en 3 series.
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