Politólogo John Magdaleno analizó la situación política venezolana en En Conexión con César Miguel Rondón
Nicolás Maduro invitó a la oposición a recoger firmas para iniciar el proceso de referéndum revocatorio para el año 2022.
“Tengan la libertad de salir a calles y pedir las firmas al pueblo, y si el pueblo recoge las firmas suficientes como exige la Constitución para un referendo revocatorio, iremos a referendo revocatorio a medirnos en las urnas electorales”, dijo el del régimen venezolano con plena seguridad.
Este anuncio lo hace una vez que el Tribunal Supremo de Justicia subordinado a su régimen designó a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral y destituyó a las directivas de los partidos políticos más importantes de la oposición.
En este sentido, el escenario político venezolano se torna distinto al año 2017, cuando los sectores democráticos recogieron las firmas para revocarle el mandato a Maduro y el régimen boicoteó el proceso.
El politólogo y director de la Consultora Polity, John Magdaleno, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Maduro está en control del poder, pero se trata de un régimen político que tiene vulnerabilidades. La oferta que le hace a la oposición sobre el referéndum revocatorio tiene vario objetivos como comprar más tiempo, intentar una normalización política, plantear una oferta seductora para una parte de la oposición, y generar una mayor fragmentación en la oposición”, explicó Magdaleno.
Maduro se ve solo en el escenario político. La oposición está dividida, sin una estrategia conjunta y ahora sin partidos políticos.
“Hay que comprender que el régimen autoritario busca desmovilizar y despolitizar a la sociedad. Lo que está haciendo el régimen autoritario es generar múltiples desincentivos para impedir que la oposición se articule y organice. El régimen sabe que perdió la mayoría política-electoral. Maduro pretende una legitimación sin que la oposición formal le dispute el poder. El liderazgo opositor debe plantearse modalidades de movilización, sea por la vía político-electoral o sea por la vía social. Lo que no puede ocurrir en Venezuela es la desmovilización de 2018″, dijo el analista.
En Venezuela los sectores democráticos se han retirado de dos elecciones. La primera fue en 2005, cuando el chavismo obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional y luego en 2018, cuando Maduro se reeligió como presidente. Sin embargo, esta elección fue poco reconocida internacionalmente.
“En Venezuela existen algunas mitologías. Primero, la idea de que la no participación en una elección contribuye o es decisiva para una deslegitimación del régimen autoritario. Eso es falso. Un régimen autoritario se sostiene básicamente por factores de poder que le dan respaldo. La mayor parte de los regímenes autoritarios no dependen de la legitimación popular. El segundo mito es que si no se participa sería la consecuencia natural de la estrategia tomada en 2018. Habría que reflexionar sobre las consecuencias de esa estrategia. Se obtuvo el respaldo internacional, pero no fue suficiente para detonar la transición en Venezuela. El tercer mito es que la decisión de participar básicamente depende de las condiciones electorales”, agregó Magdaleno.
Esta situación hace que las esperanzas de los venezolanos estén puestas en lo que pueda hacer la comunidad internacional. Sectores de la oposición como María Corina Machado apuesta por una “intervención de paz” para recuperar la democracia venezolana.
“La experiencia comparada dice que la mayor parte de los procesos de la transición a la democracia se precipitan con variables domésticas y las internacionales operan como reforzadores de procesos internos. De 102 casos que hemos examinado de transición a la democracia, en 83 las variables domésticas fueron las detonantes. Esto ofrece una idea de las perspectivas reales que se pueden esperar de la influencia de factores internacionales”, dijo el politólogo.
La oposición parece haber quedado sin respuesta ante la arremetida de Maduro. Muchos líderes políticos están en el exilio, otros en embajadas, y varios fueron inhabilitados.
“Lo primero que tiene que plantearse el liderazgo, es si es posible llegar a un acuerdo político básico acerca de cómo debilitar a los centros de gravedad del régimen autoritario. Cualquier cosa que se haga en Venezuela pasa por organizar política y socialmente a la sociedad. Lo que hace falta en Venezuela es una coalición nacional no una internaciona”, destacó Magdaleno.
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