Así afectará a prospectos latinoamericanos aplazamiento del proceso de firmas

Las firma de prospectos latinoamericanos ahora será desde el primero de enero de 2021

Carlos Valmore Rodríguez

Miguel Pérez (nombre ficticio) es un joven venezolano de 16 años de edad que acaricia desde niño un sueño maravilloso: jugar beisbol en las Grandes Ligas. Y los expertos le han dicho que dispone de lo necesario para hacer de su ilusión una realidad capaz de superar a la ficción. Miguel es alto, atlético, su cuerpo es “proyectable”. Es shortstop y sus manos son dúctiles. Corre por encima de la media, lanza “sobre average”; y cuando batea la pelota, la lastima de veras.

Miguel Pérez reúne tantas condiciones para convertirse en estrella que se quita los scouts a sombrerazos. Desde hace dos años un equipo de Grandes Ligas le tiene ofrecido que el 2 de julio de 2020 recibirá, a cambio de firmar con ellos, un bono millonario en dólares que se lo arrebatará de las garras a la pobreza más abyecta. Solo tiene que garabatear su nombre y ¡Voila! Otra vida.

Miguel Pérez no es sino la recreación de muchos prospectos latinoamericanos que dentro de tres meses iban a sellar pactos con clubes de las mayores. Ahora, por culpa del coronavirus, el dinero se alejó. En el acuerdo sellado entre los equipos de las mayores y la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas para encarar la coyuntura de la amenazada temporada de 2020, el proceso de firmas que iba a comenzar el próximo 2 de julio arrancará el primero de julio de 2021.

Un año más bajo control para prospectos latinoamericanos

En principio, solo será una espera adicional de seis meses. Poco para Miguel Pérez, que lleva años imaginando ese día, ese momento ¿Pero da igual para él en julio de 2020 que en enero de 2021? Puede que no. El compromiso al que llegaron equipos y sindicato lo afectará directamente.

Yasser Méndez es un agente certificado con mucha experiencia en el negocio. Y puso el grito en el cielo al saber que el inicio del periodo de firmas fue movido del 2 de julio  hasta Año Nuevo.

“Afecta completamente desde dos puntos de vista”, dijo Méndez a Beisbolplay. “Lo primero es que pierden un año de servicio. Un jugador que firmaba el 2 de julio de 2020 está supuesto a ser protegido después de la temporada de 2024. En cambio uno que firme el 15 de enero de 2021 gozará de la posibilidad de ser protegido en roster de 40 de Grandes Ligas después de la temporada de 2025”.

Un alto tributo para los prospectos latinoamericanos 

Méndez advierte que los prospectos latinoamericanos pagarán, literalmente, un alto tributo por firmar en enero de 2021 y no en julio de 2020. “Los jugadores realmente especiales tienen que pagar, no solamente a sus entrenadores y sus academias, sino que, además, si su equipo decide enviarlo directamente a jugar a Estados Unidos en junio inmediatamente después de su firma en enero, tendrá que pagar impuestos en Estados Unidos de treinta y tanto por ciento. Es una decisión traída de los cabellos que debe repensarse. Se comprende que se ruede el periodo de firmas, pero deberían hacerlo para octubre, no para enero”.

¿Qué pasa si el proceso abre en octubre de 2020 y no en enero de 2021? “Los peloteros mantendrían el año de servicio y hay chance de que el equipo pague la bonificación antes de diciembre y el jugador pueda jugar en Estados Unidos sin pagar impuestos allá”.

Nunca después del draft de regla 5

Para Félix Luzón, agente certificado y estudioso de las relaciones laborales entre Major League Baseball y sus jugadores en formación, los prospectos latinoamericanos que iban a firmar a partir del 2 de julio de 2020 se verán perjudicados al hacerlo en enero de 2021, es decir, después del draft de regla cinco, en el cual los clubes pueden perder talentos si no los protegen en su nómina mayor de 40 hombres. Ese draft siempre es en diciembre.

“Si los jugadores amateur internacionales firman su contrato después del draft de regla cinco, perderán un año de elegibilidad en el roster de 40. Y eso no debería suceder”, apuntó Luzón en un video que colgó en la red social Twitter. “Los agentes de estos jugadores deben negociar con los equipos para que la firma sea antes del draft de regla cinco porque el daño es enorme; y también deben negociar los exámenes médicos que se les hacen a los jugadores antes de la firma del contrato, los cuales deben contar con la aprobación del comisionado de Grandes Ligas. Porque este proceso podría retrasar aún más el pago del bono (por firma). Ese pago lo necesitan tanto los peloteros como sus agentes”.

Luzón coincide con Méndez en lo referente al efecto impositivo que tendría una firma internacional a partir del primero de enero. “Si este jugador es llevado así sea un día a jugar en Estados Unidos, digamos en junio, tiene que pagar impuestos…y ustedes saben de qué tamaño son esos impuestos”, detalla Luzón en su análisis.

Con la firma en julio “el pelotero en esa situación cobró el bono un año atrás, en el ejercicio fiscal anterior y no hay problemas con el fisco de Estados Unidos”, dice Luzón. “Pero si usted recibe un dólar en Estados Unidos en 2021 deberá darle una buena tajada del bono al fisco allá”.

¿Se honrarán los preacuerdos?  

En principio, los bonos de firma pactados para julio de 2020 serán honrados por los equipos de MLB, bajo los mismos términos, en enero de 2021. “El presupuesto está aprobado y no lo van a cambiar. Yo no creo que las organizaciones serias vayan a alterar su plan”, afirma Carlos Ríos, agente de prospectos y exdirector de scouteo internacional de los Yanquis de Nueva York.

“Claro, el pelotero debe mantener su forma y probar sus habilidades”, prosigue Ríos. “Normalmente, en estos seis meses posteriores al 2 de julio, el pelotero empieza a crecer y ponerse más fuerte. Ese proceso lo vive el muchacho ya con la organización que lo firmó el 2 de julio. Ahora lo vivirán con nosotros en las academias”.

“¿Que va a haber organizaciones que no son serias y no cumplan? Sí, se ha dado el caso”, advierte Ríos. “Muchos buscan temas médicos, pero por lo general las organizaciones son serias con sus compromisos del dos de julio”.

Pero en esta coyuntura del coronavirus, y con la fijación que han mostrado los equipos de Grandes Ligas por reducir el tamaño de su inventario de peloteros en desarrollo,  Luzón duda que hagan buena su palabra. “Yo no creo que vayan a honrar las casi mil firmas acordadas para 2020. No lo veo”, dice el agente y economista. “Si yo tuviera un pacto ya cerrado llamaría de una vez al equipo que ofreció ese dinero”.

Otros efectos prácticos

Para las academias que desarrollan beisbolistas (como el ficticio Miguel Pérez) en América Latina para luego “venderlos” a las organizaciones de Grandes Ligas cambiará un poco la dinámica ahora cuando se quedarán con sus “productos” seis meses más de lo programado.

“Esto implica que habrá peloteros que tendrán que estar seis meses más en una academia y serán firmados en enero con el mismo presupuesto”, sostiene Carlos Ríos. “Hasta ahora, 85% del presupuesto de 2020 ha sido comprometido por las organizaciones y los montos han sido definidos. Con esto que se acordó entre MLB y el sindicato,  el pelotero va a cobrar en junio del año que viene. Eso implica un gasto mayor para nosotros en la academia, hasta que se logre su firma”.

Un cambio en la industria

En este acuerdo coyuntural con los jugadores, MLB empieza a mover las piezas de un tablero con menos fichas. Y esto afectará todo el ecosistema de las academias, sobre todo en Venezuela, atenazada por una profunda crisis “¿Qué pasa con las academias en Venezuela? Hoy en día no tiene sentido para ellas tener a peloteros de chance por los gastos alarmantes que estamos teniendo”, sostiene Carlos Ríos.  “Para poder enseñar los peloteros a las organizaciones hay que ir a show case que se hacen en Medellín o República Dominicana y eso ha triplicado nuestros gastos. Ya no podemos tener un pelotero que nos dé un retorno de veinte mil dólares, cuando hemos gastado 25 mil en él. Muchas academias nuevas se van a caer”.

“En el caso de América Latina, si va a haber menos jugadores de liga menor va a haber menos firmas, pero muchas de esas firmas eran de peloteros de diez mil dólares, pitchers que hacían falta en la liga de verano. Ya a ese peloterito de chance le va a costar firmar y los equipos se van a enfocar en los peloteros élite que son los que van a hacer la diferencia. Así que tenemos que scoutear mejor en las academias, ser más realistas, buscar al pelotero especial, que es el que marca la diferencia”.

Un escenario que, a juicio de Ríos, pudiera ser mucho más saludable para los prospectos que el actual.  “En las ligas de verano de MLB mandan a buscar cinco pitchers por equipo para rellenar. Peloteros de diez mil dólares de bono que deben pagar cinco mil dólares de comisión”, espeta este hacedor de jugadores.

“Ese pelotero no cambia su vida con cinco mil dólares”, sigue Ríos. “Lanza un año o dos, lo botan después de tirar veinte innings o tomar cuarenta turnos y cuando vienes a ver tienes un muchacho de 19 años de edad que no ha estudiado, está frustrado y no tiene un centavo encima. Y sigue tratando. Creo que no le estamos haciendo un bien poniéndolo a firmar. Estábamos firmando en masa, casi al azar”. Y no todos son Miguel Pérez, que en enero de 2021 debe ganar su primer millón, sujetos a los impuestos del Tío Sam.