Erwin Tumiri reside en Cochabamba y se ha salvado de dos grandes accidentes con heridas muy leves. Foto: EFE
Erwin Tumiri, un técnico de aviación boliviano, abrió los ojos luego de escuchar un fuerte golpe. “Otra vez, no lo puedo creer”, fue lo que dijo que pensó al momento de saberse consciente y en plenas facultades. Es entendible el escepticismo de Tumiri sobre su suerte. Fue un sobreviviente de la tragedia aérea del club de fútbol brasileño Chapecoense, y ahora también lo es de un fuerte accidente vial en Bolivia.
La historia de Erwin Tumiri comenzó a ser de dominio público en 2016, cuando el avión de Chapecoense enlutó al fútbol y deporte en general. El hombre fue una de las seis personas que se logró salvar del siniestro que se llevó la vida de 71 ocupantes, incluyendo gran parte del plantel amazónico. El vuelo 2933 de LaMia se precipitó al suelo el 28 de noviembre de 2016, a las afueras de Medellín (Colombia), luego de un error humano al no tener conocimiento de exacto de la cantidad de combustible en la aeronave.
“¡Mi tripulación!”, alcanzó a decir el hombre tras ser precisado como un sobreviviente del desastre de Chapecoense, un accidente que se posiciona como uno de los peores en la historia del deporte. El momento fue dramático. El técnico estaba conmocionado luego de ver la guadaña de la parca tan cerca. 71 de los que abordaron ese avión no tuvieron su misma suerte.
Poco más de cuatro años después del trágico final del avión de Chapecoense, Erwin Tumiri viajaba en un bus entre las ciudades bolivianas de Cochabamba (en los valles andinos) con Santa Cruz (en los llanos orientales). El vehículo tuvo un percance y cayó por 150 metros en un gran barranco en el Cañadón, reseñó la agencia AP. Se trata de una zona de profundas quebradas.
Es el peor accidente vial de Bolivia en lo que va de año. 21 personas perdieron la vida en el siniestro y algunas salieron heridas, una de ellas fue Erwin Tumiri, que ahora es sobreviviente de este accidente, así como lo fue del día trágico de Chapecoense. “Gracias a Dios una vez más se salvó”, declaró a los medios de comunicación Lucía Tumiri, hermana del afortunado hombre de origen quechua. “Me dijo que está bien. El Señor nos cuida y tiene sus tiempos”.
Al igual que le sucedió tras salvarse del accidente del avión de Chapecoense, Erwin Tumiri se convirtió en una figura buscada por los medios. Rotativos de Bolivia y también de países andinos como Perú llegaron al hospital en donde era tratado por heridas leves. Él contó lo que sucedió en el segundo gran siniestro en el que se ha visto involucrado.
“El bus estaba corriendo, ahí me agarré del asiento delantero. Sabía que nos íbamos a accidentar porque íbamos a gran velocidad. Yo seguí agarrándome, no me desparramé hasta que llegamos al suelo”, dijo el sobreviviente del accidente vial y también de la tragedia de Chapecoense. “Salí a gatas, me senté. Mi rodilla estaba herida y dije ‘otra vez, no lo puedo creer’”.
Es difícil que Erwin Tumiri no se sienta afortunado o bendecido de alguna forma luego de vivir y contar el siniestro del avión de Chapecoense y también el del bus en Bolivia. Su suerte ha sido lo suficientemente mala para estar en dos accidentes fatales, pero a la vez lo suficientemente buena para salir vivo de ambos y hablar sobre ello.
“Nos vinieron a rescatar, yo no estaba inconsciente. Creo que he sido el primero en que me lleven arriba”, continuó el sobreviviente, quien acumuló experiencia para hablar con los medios luego de salir con vida del accidente de Chapecoense. “Me siento bendecido. Siempre dando gracias a Dios”.
Erwin Tumiri trabajó como técnico en el avión de Chapecoense en 2016, incluso fungió como asistente de vuelo. Él y su familia se definen como de origen quechua, y con creencias cristianas. Le han contado a los medios locales que residen de una casa modesta en un barrio de Cochabamba, una de las ciudades grandes de Bolivia, ubicada en el centro del país.
El sobreviviente al accidente de Chapecoense se sentía seguro en el bus. Según relató el diario Opinión, Tumiri dormía en uno de los asientos traseros de la unidad mientras se desarrollaba el viaje. De repente sintió un gran golpe, algo que lo hizo abrir los ojos. “Desperté. La gente estaba gritando”, contó. “Me agarré del asiento delantero, me encajoné bien y sentí que el bus daba vuelcos hasta que llegamos al suelo. Yo estaba atontado”.
Los reportes del accidente son contradictorios. De acuerdo con AP, además de los fallecidos, 30 personas resultaron heridas. No obstante, la cadena CNN se apoyó en detalles del medio boliviano Red Uno que aseguran que el autobús iba con 45 personas, de las cuales nueve fueron heridas, además de la veintena de pasajeros que perecieron. Algunos como el técnico del vuelo de Chapecoense Erwin Tumiri llegaron a la clínica Arébalo de Cochabamba, en donde fueron atendidos.
Como resultaba lógico, a la primera oportunidad, medios de comunicación le preguntaron al sobreviviente del accidente qué sentía con respecto a que también salió con vida de la tragedia de Chapecoense. “Lo que siempre hago, hasta en aquella oportunidad, es que me encomiendo a Dios y no me va a pasar nada, no me va a pasar nada”, dijo el hombre.
El avión de Chapecoense en el que estaba Erwin Tumiri fue rescatado por autoridades de Colombia poco después del accidente. El país neogranadino investigó las causas del suceso, en conjunto con Air Accidentes Investigation Branch, un departamento de Inglaterra. Además de Tumiri sobrevivieron los futbolistas Alan Ruschel, Jakson Follmann y Neto; ellos fueron los únicos jugadores del plantel que salieron con vida. También lograron sobrevivir el periodista Rafael Henzel y la sobrecargo Ximena Suárez.
El sobreviviente al accidente de Chapecoense servía al club para el viaje, que en ese momento se trasladaba a Medellín para jugar el encuentro de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional. La aeronave despegó del Aeropuerto Internacional Viru Viru de Bolivia y debía aterrizar en el José María Córdova de Colombia. Eso nunca ocurrió. Tras el desastre el Atlético Nacional le pidió a la Conmebol declarar al club brasileño como el campeón de la competición, lo que fue aceptado.
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