Dentista/ Foto referencial: Freepick
Con el aspecto de un tiburón, así quedaron los dientes de un joven que viajó hasta Turquía para hacerse un tratamiento odontológico, cuyo resultado, terminó siendo una completa decepción.
La víctima de esta situación es Jack James, un joven modelo de 22 años que es oriundo de Manchester, Inglaterra, y que viajó a Estambul, Turquía con la intención de someterse a un tratamiento para tener una mejor sonrisa.
Pero, el resultado fue todo lo contrario. El chico había optado por buscar una solución barata para mejorar el aspecto de sus dientes que lucían un poco torcidos. Por eso, Jack decidió invertir en el viaje, ya que en su país el tratamiento es muy costoso.
En Estambul le colocaron carillas dentales, también conocidas como facetas dentales o carillas estéticas, que son reconstrucciones estéticas de porcelana (o composite) encaminadas a mejorar la imagen externa de la dentadura. Estas permiten modificar visualmente la forma, brillo, color y enmascarar patologías bucales diversas.
Según reseñó Daily Mail, en principio el joven quedó satisfecho con los resultado obtenidos. Sin embargo, en mayo y tras presentar dificultades para usar el hilo dental, sangramiento en las encías y “un aliento terrible”, debió asistir de emergencia a un dentista de su ciudad.
El especialista le indicó que estaba presentando una infección en forma de absceso y que el costo para realizarle el tratamiento y arreglar su dentadura era de 64 mil dólares, es decir 16 veces más caro que los cuatro mil dólares que pagó por la intervención en Turquía.
De acuerdo con el joven, cuando le retiraron las carrillas el aspecto de sus dientes eran similar a los de un tiburón: afilados y con demasiado espacio entre uno y otro.
“Cuando me quitaron las carillas, vi que me habían afilado mucho los dientes. Parecía un tiburón. Era como algo sacado de una película de terror”, dijo.
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Dado el diagnóstico y su incapacidad económica para pagar esa suma, Jack decidió ponerse en contacto con los odontólogos tratantes de Turquía. Estos le indicaron que para arreglar lo que ellos mismos habían dañado, debía pagar de nuevo.
Sin tener muchas otras opciones, el joven decidió volver a Estambul en busca de una solución. “Me quitaron todos los dientes y el absceso, y me pusieron dientes temporales”, contó.
Después de someterse a ese proceso, Jack lamenta lo que considera una mala decisión. Sugirió a las personas asesorarse bien antes de acudir con supuestos especialistas para que no pasen por lo que él vivió.
“Me siento tan molesto conmigo mismo. Tengo ganas de sacarme todos los dientes”, expresó.
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