Alerta en Estados Unidos por la muerte masiva de aves migratorias

Entre golondrinas, papamoscas, mirlos y currucas, unos 300 cadáveres de aves han sido encontrados en las últimas semanas en Nuevo México, Estados Unidos. Aunque aún no hay una explicación, para los ornitólogos la muerte de las aves migratorias puede considerarse como una tragedia ambiental relacionada, posiblemente, con la crisis climática.

En un hecho sin precedentes, biólogos de la Universidad Estatal de Nuevo México y White Sands Missile Range han examinado cerca de 300 aves migratorias muertas en el campus principal de la universidad. Lo más alarmante es que varias de ellas han sido halladas a escasos metros de las viviendas de los habitantes de Nuevo México, lo que ha sido aún más devastador.

Asimismo, y de acuerdo con Desmond, la ruta que toman algunas de estas aves migratorias es bastante larga e implica recorrer largas distancias hacia el sur. El recorrido empieza en Alaska y Canadá, atravesando sobre el suroeste de Estados Unidos, para finalmente aterrizar en las zonas invernales de Centroamérica y Suramérica.

En el proceso de migración, las aves deben aterrizar cada tanto para tomar un descanso y emprender nuevamente el vuelo. Sin embargo, la compleja variabilidad climática producto del cambio climático ha provocado también una alteración en los ciclos y procesos naturales de las aves.

Precisamente, y según han especulado los investigadores, debido a los incendios forestales que hoy continúan arrasando con miles de hectáreas de bosque en Estados Unidos, es probable que las aves se vieran obligadas a desviar su migración lejos de zonas costeras, destacadas por su riqueza de recursos, y arribaran a zonas como el desierto de Chihuahua, donde, al contrario, la comida, el agua y los recursos en general son escasos. Esto llevaría a la desnutrición y hasta deshidratación de las aves. 

“Muchos cadáveres tienen pocas reservas de grasa o masa muscular restantes, y algunos parecen haberse hundido en el suelo en pleno vuelo (…). Recogí más de una docena en solo un tramo de dos millas frente a mi casa (…). Estar recogiendo estos cadáveres y darse cuenta de lo extendido que está, es personalmente devastador”, sostuvo la profesora Desmond en entrevistas.

Entre tanto, una estudiante de posgrado en NMSU, Allison Salas, también ha hecho la recolección de los cuerpos de las aves muertas y, a través de cuenta en Twitter ha alertado sobre los hallazgos.

“Son, literalmente, solo plumas y huesos (…). Casi como si hubieran estado volando hasta que ya no pudieron hacerlo más”, escribió en uno de ellos.

Por otro lado, las autoridades han hecho un llamado a la ciudadanía, a quienes les pide informar a la Agencia de Caza y Pesca de su estado o al USFWS sobre los sitios con aves muertas y, de ser posible, colectar los cuerpos usando guantes, sin tocarlas, para después entregarlas para el estudio. También podrán hacer el registro de las aves muertas en la página web inaturalist.

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