El magnate estadounidense y cofundador de Microsoft, Bill Gates, aseguró que el panorama que viene teniendo el coronavirus es “más sombrío” de lo que pensaba y mostró su preocupación por los repuntes de casos que se vienen registrando.
Así lo aseguró Bill Gates durante un foro sobre el panorama del coronavirus de la cadena CNN; en donde indicó que el COVID-19 “volverá en grandes números” entre octubre y noviembre (otoño).
De acuerdo con el multimillonario, si los países del mundo no mejoran los protocolos sanitarios y restringen el comportamiento de las personas; el planeta podría registrar un resurgimiento del COVID-19 en los próximos meses.
Bill Gates también se pronunció sobre lo que viene ocurriendo en Estados Unidos con el aumento de casos; asegurando que este incremento se viene registrando por la falta de pruebas, rastreo de contactos y porque la población no está utilizando tapabocas.
“El rango de comportamientos en Estados Unidos en este momento es muy variado, algunas personas son muy conservadoras y otras ignoran completamente la existencia de la epidemia”, manifestó Gates.
En ese sentido, el magnate aseguró que EE.UU. no está “ni cerca” de controlar la pandemia del coronavirus debido a la falta de liderazgo y comportamiento de las personas; muchas de las cuales ven la pandemia como algo político.
“Estados Unidos, en particular, no ha tenido los mensajes de liderazgo o coordinación que usted hubiera esperado”, indicó Gates; asegurando que espera que el país intensifique su lucha y pueda llevar la vacuna contra el coronavirus a todo el mundo.
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El magnate también aseguró que los rebrotes en EE.UU. no se están dando por un aumento de pruebas sino que evidencia que la pandemia no está controlada.
“Es justo decir que puedes encontrar más casos cuando haces más pruebas, pero Estados Unidos está experimentando un repunte, incluso una vez que eliminas el aumento de las pruebas”, señaló.
Finalmente, Bill Gates consideró que una vacuna para el coronavirus se podría tener para finales de 2020 o principios de 2021; pero resaltó que no existe una garantía de que pueda frenar la transmisión.
“Hay dos características con una vacuna: una protege individualmente de enfermarse y la otra es que puede frenar el que la persona sea un transmisor de la enfermedad”, puntualizó.
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