Joe Biden gana la elección y se convierte en el nuevo presidente de los Estados Unidos

El demócrata Joe Biden se convirtió en el presidente 46° de los Estados Unidos tras vencer al republicano Donald Trump en unas reñidas elecciones presidenciales que estuvieron marcadas por la controversia.

El exvicepresidente cumplió su sueño de convertirse en el mandatario estadounidense tras intentarlo en la tercera ocasión, ganando el apoyo popular que le permitió cosechar 273 votos electorales, traspasando el umbral de los 270 que le permite convertirse en el 46º presidente de Estados Unidos.

“No estoy aquí para declarar que hemos ganado, pero estoy aquí para informar que cuando el recuento haya terminado, creemos que seremos los ganadores. Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora ni nunca”, aseguró Biden en un pronunciamiento previo a convertirse el ganador.

De esta forma, Biden se enfrenta a uno de los mayores retos de su vida al ser presidente de los Estados Unidos pero uno de los políticos más experimentados en llegar a este cargo.

Los pronósticos de algunos sondeos evidenciaban que Biden podría vencer a Donald Trump, quien buscaba reelegirse por otros cuatro años tras un mandato que estuvo marcado por las polémicas, ante su particular y controversial estilo de gobierno.

Sin embargo, la apretada lucha en estados clave como Wisconsin y Michigan finalmente le dieron los 270 votos del Colegio Electoral que le garantizaron la victoria en uno de los comicios presidenciales más controversiales y ajustados de la historia reciente del país.

Biden tiene una larga carrera política y su objetivo siempre fue la Presidencia, un cargo al que aspiró sin éxito en 1988 y 2008, pero que lo acercó como vicepresidente a la Casa Blanca bajo el gobierno de Barack Obama en 2009.

Precisamente, el apoyo del expresidente Obama fue fundamental en su campaña presidencial para vencer a Donald Trump e impedir su segundo mandato.

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De esta forma, este político y abogado de 77 años asumirá el próximo 20 enero la presidencia para dirigir los destinos de una de las naciones más poderosas del mundo como los Estados Unidos.

Sin embargo, tendrá que enfrentar una de las mayores crisis sanitarias que ha tenido la humanidad en la historia reciente con la pandemia del COVID-19, la cual tiene a EE.UU. como el país más afectado en el mundo por el número de contagios y muertes.

Su padre perdió su empleo en la década de 1950 y la familia se vio obligada a migrar al estado vecino de Delaware cuando Joe tenía apenas 10 años.

Precisamente, en Delaware realizó sus estudios profesionales. Cuando era joven trabajó como salvavidas en una piscina de un barrio afrodescendiente y allí aprendió de las injusticias y desigualdades que sufre esta comunidad, lo que despertó su interés por la política.

Biden estudió en la Universidad de Delaware y asistió a la Escuela de Derecho en Syracuse, en donde realizó estudios en derecho, historia y ciencias políticas.

Desde muy joven se enorgullece de sus orígenes obreros y de que siendo niño lograra superar su tartamudeo, por lo que en la actualidad da consejos a jóvenes que sufren de este trastorno.

La vida de este veterano político ha estado influenciada directamente por su experiencia como senador por el estado de Delawere durante 36 años, periodo en el que también vio truncadas sus aspiraciones a la Presidencia en dos oportunidades.

La historia personal de Biden está profundamente marcada por el accidente de tráfico en el que murieron su esposa Neilia Hunter y su hija menor cuando él tenía 29 años y acababa de ser elegido como senador, una de las personas más jóvenes en ser elegidas en este cargo.

Este abogado decidió enfocarse en sus otros dos hijos y en 1977 se casó de nuevo con su actual esposa, Jill Jacobs, con la que tuvo otra niña. Sin embargo, la tragedia volvió a golpear al demócrata en 2015 cuando su hijo mayor, Beau, murió a los 46 años debido a un cáncer de cerebro.

Antes de morir, Beau le aconsejaba presentarse a la Presidencia pero Biden decidió no entrar en la carrera por la Casa Blanca en 2016, cuando ganó Donald Trump, argumentando que el luto por la muerte de su hijo no le permitiría estar al 100 % para enfrentar este reto.

Sin embargo, Biden decidió seguir el consejo de su hijo y abanderar las políticas del Gobierno del expresidente Obama para intentar convertirse en presidente de Estados Unidos.

En medio de un controversial gobierno de Donald Trump, Biden encontró la oportunidad de no solo liderar la carrera demócrata por la Casa Blanca sino de convertirse en un gobernante de “transición” que le permita al país superar los problemas que enfrenta en la actualidad.

Su candidatura fue lanzada en abril de 2019 y contó con la certeza de ser líder en casi todas las encuestas sobre las primarias demócratas,  y aunque en un momento vio que su aspiración podría estar en riesgo, resurgió con fuerza para ganar la nominación y enfrentar a Trump en las urnas.

Para muchos estadounidenses, Joe Biden es un político atípico en el buen sentido de la palabra: alguien con un interés genuino en los problemas de la gente, que habla sin tapujos y no tiene miedo a desafiar la ortodoxia política.

No obstante, su pasado también está marcado por varias controversias ya que fue acusado cuando ejerció como senador de contribuir, mediante su apoyo a leyes contra el crimen violento y la posesión de drogas, al problema de encarcelamiento masivo en EE.UU. y las disparidades raciales que conlleva.

Además, también fue criticado por respaldar una medida de 1986 que abrió la puerta a la venta de armas por correo e Internet.

Pero Biden también ha liderado varios cambios que enorgullecen a su partido: en 2012, afirmó que se encontraba “absolutamente cómodo” con el matrimonio homosexual, lo que llevó a Obama a expresar luego su apoyo a esas uniones y contribuyó a su legalización en 2015.

Y aunque votó a favor de la guerra de Irak, Biden ha sido poco amigo del intervencionismo a lo largo de su carrera. En 2011, ya en la Casa Blanca, recomendó a Obama no intervenir en Libia y abogó por retirar a las tropas estadounidenses de Afganistán.

De esta forma, Joe Biden asumirá la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero y de la mano de su vicepresidenta Kamala Harris espera enfrentar primordialmente la pandemia del COVID-19 y hacer un cambio de rumbo de los destinos del país durante los próximos cuatro años.

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