Difícil decisión: madre tiene dos hijos que necesitan trasplante de riñón pero ella solo puede donar uno

Sarah Bingham, una madre de Reino Unido, enfrentó la decisión más difícil de su vida, al tener que elegir a cuál de sus dos hijos le donaba un trasplante de riñón, reportaron medios británicos.

Su hijo Noah, de 20, y su hija Ariel, de 16 años, padecen de nephronoptisis, una enfermedad que afecta a solo uno de cada 100 mil británicos y que causa falla renal. Esta patología es de origen hereditario y es una de las causas de insuficiencia renal en niños y adolescentes.

Mientras Noah depende completamente de la diálisis, los riñones de Ariel funcionan solo al 17%. Sarah, que es una madre dedicada a educar desde casa a sus hijos, pues todos son autistas, quedó devastada con la noticia.

“Fue muy difícil saber que ambos necesitaban un trasplante de riñón, pero yo solo tenía uno para dar. Como madre, quieres hacer todo lo posible para evitarles el dolor a tus hijos”, dijo en entrevista a The Mirror.

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Diagnóstico desgarrador

Sarah era compatible con ambos, pero el padre de los niños no lo era. Noah, que tiene daño renal más severo, necesita el trasplante primero, pero además sufre de gastroparesia, una condición en la que el estómago no se vacía completamente, lo que le ha generado una severa pérdida de peso y por lo que no puede operarse todavía.

Noah comenzó a sentir los síntomas de la enfermedad cuando comenzaba a estudiar Astrofísica en la Universidad de Lancashire, mientras que Ariel se sentía permanentemente cansada, hasta que unos exámenes médicos les dieron el diagnóstico.

Afortunadamente, después de una desesperada búsqueda, amigos de la familia resultaron ser compatibles con Noah y se ofrecieron voluntariamente como donantes, por lo que la madre donará su riñón a su hija Ariel.

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“No puedo poner en palabras lo que se siente saber que hay gente dispuesta a ponerse en la línea por nuestros hijos”, expresó Sarah en la entrevista.

Medios reportan que en Reino Unido hay una lista de 6 mil personas esperando trasplante, de los cuales 350 mueren cada año, mientras que en Estados Unidos 17 pacientes mueren cada día esperando por un órgano y cada nueve minutos se agrega a una nueva persona a la lista de espera.