América le apuesta a una reactivación en medio de alertas de recesión e incremento de contagios

“Con pausa, pero sin prisa”. Esa es la premisa con la que EE.UU., México y Brasil y otros países de América, intentan torcer la curva negativa que deja el coronavirus en la economía que, según la agencia crediticia Fitch, llevará a la recesión a todo el planeta. La estimación de caída del producto interno bruto (PIB) para 2020 es del 4,6 %.

La caída económica pronosticada coincide con un incremento real en el número de contagios y decesos por coronavirus en América. El continente ha visto cómo EE.UU. superaba la cifra de 100.000 fallecimientos.

Ante este cóctel letal -recesión y coronavirus-, los países de América buscan soluciones rápidas para desescalar las cuarentenas y reactivar paulatinamente aquellos sectores vitales para el PIB. Por ejemplo, EE.UU. quiere encontrar un equilibrio entre el impulso de la actividad económica y la cautela para evitar rebrotes.

No obstante, los reclamos a la prudencia por parte de los médicos ante el preocupante aumento de casos, hace que las reaperturas generen temor en muchos ciudadanos.

Por eso, el director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de EE.UU., también líder del grupo de trabajo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, pidió que no se salten “las recomendaciones de algunas de las directrices” en caso de un rebrote por la enfermedad.

“Ahora es el momento de comenzar a pensar seriamente en la reapertura de la economía para tratar de recuperar algún nivel de normalidad”, agregó Fauci.

A pesar de esta radiografía, Brasil no está dispuesto a seguir cerrado económicamente y optó por reactivarse el próximo 1 de junio. En esta fecha empezará a relajar la cuarentena en lugares como Sao Paulo, el motor económico del país, y en donde se encuentran la mayoría de decesos (6.500).

Ciudades como Brasilia bajaron el nivel de la cuarentena. Hoy registró largas filas de personas que con tapabocas esperaban la apertura de los centros comerciales. Estos establecimientos están autorizados para recibir público bajo estrictas medidas de seguridad.

Otro país que registra un alto número de contagios es México con 74.560 casos y 8.134 muertes. Pero esto no ha sido obstáculo para que se encamine a su reapertura gradual de actividades sociales y económicas. Dicha reapertura está prevista también para el próximo lunes 1 de junio.

La estrategia de reactivación consta de un semáforo con cuatro fases actualizables semanalmente en cada estado. Cada fase incrementa o disminuye las restricciones, dependiendo de la situación sanitaria de cada territorio.

La economía mexicana también está en cuidados intensivos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que el PIB del país se contraerá este año un 6,6 %.

Los sectores que urgen una reapertura en América

En Colombia, las empresas transportadoras de pasajeros por carretera urgieron hoy al Gobierno de Iván Duque un plan de reactivación. Centenares de trabajadores de este sector salieron a las principales ciudades para hacer un llamado a la reapertura de este sector, paralizado desde mediados de marzo por la cuarentena.

A diferencia de las empresas de autobuses, las de transporte de carga por carretera sí han podido trabajar, siguiendo los protocolos sanitarios para mantener el abastecimiento del país.

La reactivación económica también la exigen otros sectores del país, principalmente el de la economía informal. Algunos negocios, como restaurantes de comidas rápidas, supermercados y ferreterías, han venido abriendo sus puertas.

En América central, la crisis por el coronavirus se ha acentuado más en las fronteras entre Nicaragua y Costa Rica, debido a las medidas sanitarias que mantienen paralizado el transporte de carga. Precisamente, 1.500 transportistas “de todas las nacionalidades” se mantienen detenidos a ambos lados de la frontera entre estos dos países. 900 con rumbo sur y 600 con destino norte.

El reto de América ante el coronavirus

En medio de la crisis económica por el coronavirus en América, el uruguayo Luis Almagro asumió su segundo mandato como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), hasta 2025. Anticipó que tendrá como primer desafío apoyar a “los Gobiernos y los pueblos del hemisferio a hacer frente a la pandemia” del coronavirus.

Consideró que para salir con éxito de la pandemia, se necesita “la unidad de todos los países, la solidaridad de todas las comunidades y el voluntariado de todos nuestros ciudadanos”.

También abogó por la unidad como la clave para que en las cumbres del G7 y del G20 se avance hacia soluciones financieras reales para el desarrollo en el hemisferio.

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