El sistema de alarmas creado por el gremio sanitario para la detección de casos epidemiológicos en China falló.
En diciembre, los médicos en Wuhan, epicentro del Covid-19, recibieron a grupos de pacientes afectados por una misteriosa neumonía; se suponía que el informe del sistema había sido automático.
No obstante, los hospitales comenzaron a remitir a los entes sanitarios locales estos datos, pero por una aversión a dar malas noticias, retuvieron la información del sistema nacional de informes.
La decisión retrasó la respuesta inmediata y oportuna por parte del gobierno chino.
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La expansión del nuevo coronavirus se dio a conocer en las altas esferas del Ejecutivo asiático, no a través del laureado programa informático, sino por la filtración de documentos internos de denunciantes desconocidos.
De acuerdo al trabajo de The New York Times, cuando la información fue revelada, se ordenó a los centros hospitalarios contabilizar a pacientes que tuvieran conexión con la fuente del brote: el mercado de mariscos.
Los médicos también tuvieron que hacer que sus casos fueran confirmados por los burócratas antes de ser reportados a los superiores.
-La respuesta tardía que costó la vida miles de vidas-
El artículo del diario estadounidense afirma que “una acción agresiva solo una semana antes a mediados de enero pudo haber reducido el número de infecciones en dos tercios“, de acuerdo a un estudio, entre cuyos autores figura un experto del Centro Municipal para el Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan.
Otro análisis encontró que si China se hubiera movido para controlar el brote tres semanas antes, se hubiese evitado 95 por ciento de los casos del país.
“A menudo me he preguntado qué hubiera pasado si pudiera retroceder el tiempo”, dijo Ai Fen, uno de los médicos del Hospital Central de Wuhan en una entrevista con una revista china.
-Censura y silencio-
El liderazgo central responsabiliza a los burócratas locales, incluso por censurar a los médicos que advirtieron a otros sobre las infecciones.
Rápidamente se despidió a dos funcionarios de salud y a los secretarios del partido para la provincia de Hubei y su capital, Wuhan.
Incluso, el doctor Li Wenliang, quien fue uno de los primeros médicos chinos en alertar sobre el virus a finales de 2019; recomendó a los participantes en un chat privado que se cuidaran de una nueva enfermedad infecciosa y usaran ropa protectora para evitar el contagio.
Según reporta la revista Semana, el médico recibió una visita de funcionarios de la Oficina de Seguridad Pública, quienes le dijeron que firmase una carta. En ella, lo acusaban de “hacer comentarios falsos” que habían “perturbado severamente el orden social”.
Un mes y medio después falleció por el coronavirus.
Los periodistas chinos hicieron mucho para exponer los problemas, pero los censores cerraron esa ventana.
-El Sistema que no encajó-
En julio, más de ocho mil funcionarios participaron en el simulacro en línea para la detección de brotes infecciosos; centrados en un viajero que llega del extranjero con fiebre y que activa los monitores de temperatura, lo que desencadena una búsqueda de otros pasajeros.
Los participantes probaron qué tan rápido y eficazmente podrían rastrear, identificar y contener el virus, incluso notificando a Beijing.
En 2004, fue diseñado para evitar que se repitiera cualquier epidemia como la del Sars. Los funcionarios de salud en la capital podrían examinar las pantallas que muestran informes de hospitales, listos para detectar señales de advertencia a las pocas horas de que un médico diagnostique una infección problemática.
Pero, desde el brote en Wuhan, algunos médicos han dicho que no estaban seguros de cómo informar los primeros casos, que no encajaban en la lista estándar de infecciones; lo que indica que el sistema de China para detección temprana, falló.
Los centros locales de control de enfermedades la ciudad china recibieron llamadas preocupadas de los médicos, contando los extraños casos de neumonía que a menudo parecían emanar del mercado de mariscos.
En teoría, los médicos pudieron reportar tales casos directamente, pero los hospitales también responden a las burocracias del Partido Comunista, lo que indica que China falló.
-La filtración que reveló el virus-
Las oficinas locales de control de enfermedades contabilizaron 25 de esos casos antes del 30 de diciembre, según un informe interno oficial que se filtró en línea y que registra el trabajo de NYT.
“La administración de salud local claramente tomó la decisión de no usar el sistema de informes”, dijo Dali Yang, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago.
Los documentos provinieron de dos directivas internas del gobierno de Wuhan, posiblemente publicadas por trabajadores médicos preocupados. En ellos se ordenaban a los hospitales que enviaran a la comisión de salud de la ciudad información sobre casos de neumonía misteriosa.
Al mismo tiempo, los médicos alertaron a sus colegas sobre el brote en las conversaciones grupales privadas.
Trabajadores de la Comisión Nacional de Salud ordenaron a Wuhan que emitiera su primer anuncio oficial sobre el brote el 31 de diciembre.
Fue el tres de enero cuando los primeros casos finalmente ingresaron al sistema, ya era tarde.
“Un informe filtrado del Hospital Central de Wuhan y que da a conocer el trabajo periodístico citado, describe cómo, en la primera mitad de enero, los funcionarios locales dijeron a los médicos que los supervisores burocráticos tenían que confirmar los casos.
En la primera quincena de enero, los funcionarios locales sostuvieron que no se habían registrado nuevas infecciones confirmadas, incluso cuando los médicos en Wuhan sospechaban que un contagio peligroso se estaba extendiendo de persona a persona.
“Las medidas preventivas tuvieron que aplicarse inmediatamente”. El gobierno de Wuhan reveló cuatro casos nuevos el 18 de enero, seguidos de 17 al día siguiente y 136 al día siguiente.
Cuatro días después, Wuhan fue cerrado para contener la propagación. En ese momento, el coronavirus había matado a 26 personas y enfermado a más de 800. China falló en la detección temprana de los casos.