¿Te acuestas tarde a dormir? Estudio dice que esto estaría afectando tus emociones

Si eres de esas personas que prefiere acostarse a dormir a altas horas de la noche y te cuesta madrugar, podrías tener problemas para controlar tus emociones, esto según un reciente estudio realizado por la Universidad de Málaga.

De acuerdo con la investigación, en la que participaron cerca de tres mil personas, hay un alto nivel de personas que padecen de ‘Jet Lag Social’. ¿Qué significa? Se trata de una condición en la que el reloj biológico no coincide con el reloj social.

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El profesor Juan Manuel Antúnez, miembro del equipo investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, la matutinidad-vespertinidad es un contraste en el que todos se pueden clasificar.

Relación entre la hora de dormir y las emociones

Las personas que se encuentran dentro del grupo de la matutinidad, son aquellas que despiertan muy temprano, incluso los fines de semana cuando no tienen compromisos, y se duermen muy temprano.

Por su parte, los vesperinos son aquellos a los que les cuesta madrugar y se sienten más activos en las últimas horas del día.

“Se estima que el 20 por ciento de la población es matutina, otro 20 por ciento, vespertina y el 60 por ciento restante, intermedia, es decir, los que se encuentran en el centro de los dos polos”, explicó Antúnez, tal como recogió la agencia EFE.

El estudio, publicado en la revista Plos One, encontró que las personas matutinas tenían mayor capacidad para revaluar sus acciones y decisiones con el fin de mejorar el impacto emocional de las situaciones cotidianas.

Por su parte, las personas vespertinas tienden a reprimir la expresión de su rostro en relación con las emociones a las que fueron expuestas; tanto negativas como positivas.

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Diferencias por género

Antúnez explicó que este es un comportamiento estrechamente relacionado con problemas psicológicos como la depresión y la ansiedad.

También encontró una diferencia entre géneros. “Las mujeres utilizan más estrategias de re-evaluación cognitiva que los hombres, que prefieren las estrategias de supresión”.