Además de los incendios, estas son las otras amenazas que afectan a la Amazonía

Las catastróficas imágenes de los incendios que están consumiendo la selva amazónica han alertado a los científicos por los efectos que puede tener en algunas condiciones ambientales y principalmente en el cambio climático en el planeta.

Este grave problema ha encendido las alarmas porque esta selva cumple un importante papel en la regulación del carbono y la mitigación del cambio climático, en medio de un complejo escenario en donde el gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha restado importancia a estos incendios que ya han consumido miles de hectáreas.

El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) reveló que entre enero y el 19 de agosto se han registrado 72.843 focos de incendios forestales en Brasil, teniendo un incremento del 83% frente al mismo período del año pasado.

Sin embargo, además de los incendios existen otros factores que han impactado y puesto en jaque a la selva más grande del mundo como la deforestación, la minería, la agroindustria, el cambio climático, así como las políticas gubernamentales.

Los científicos han asegurado que la selva tropical de la Amazonía es un ecosistema fundamental para el planeta ya que sus árboles absorben aproximadamente 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año y contribuyen a la generación de una parte importante del oxigeno del planeta.

Un reciente informe sobre deforestación da cuenta que solo en el mes de julio se perdieron más de 225.000 hectáreas de bosques, sin contar con las que se están consumiendo por las llamas durante las últimas semanas, presentando un fuerte aumento del 278 % frente al mismo mes de 2018, cuando se deforestaron cerca de 60.000 hectáreas.

Asimismo, los datos oficiales dan cuenta que entre agosto de 2018 y julio de 2019 se han perdido 683.300 hectáreas de bosques en Brasil, un cifra bastante preocupante que se ha venido incrementado desde que Jair Bolsonaro llegó a la presidencia el 1 de enero de 2019.

Ver más: Captan a un leopardo con una mutación que le da un raro color “dorado” en su pelaje

El aumento de las concesiones mineras y contratos para la explotación de petróleo y gas ha generado un fuerte impacto en la Amazonía. Además, el uso del mercurio y otros químicos utilizados en estas actividades está contaminando el agua, los peces, el aire y afectando a miles de comunidades, especialmente a las indígenas.

Otro de los factores que también han incidido en este tema es la construcción de carreteras para comunicar y poder transportar los recursos explotados a los sectores industriales. Este desarrollo vial y de infraestructura ha afectado a los bosques, los cuales vienen siendo talados para desarrollar este tipo de actividades.

Asimismo, la construcción de hidroeléctricas han tenido un impacto en los bosques ya que los proyectos energéticos aprovechan la riqueza hídrica de esta región para garantizar la generación energética.

La inundación de grandes zonas para construir las represas han afectado a grandes áreas de bosques, los cuales son talados e inundados para garantizar las reservas de agua necesarias para generar energía.

La organización ambientalista WWF ha señalado que el sector agropecuario y ganadero ha generado una de las mayores pérdidas de hábitat natural en la Amazonia debido a que las exportaciones de soja, maíz, carne, entre otros, han incentivado graves transformaciones en el uso del suelo de los bosques.

“Pese a ser relativamente nuevos, los cultivos de palma de aceite también han afectado la Amazonia, y se prevé que su crecimiento se de más rápido en la región que cualquier otro producto. Los pastos y la ganadería, para la producción de carne y leche, son la causa principal de la deforestación en muchas áreas y en algunos países, como Brasil, donde se registra la mayor cantidad de ganado comercial del mundo”, reseña WWF.

Este tipo de escenario ha generado producciones agropecuarias extensivas con la necesidad de tener cada vez más áreas para producir alimentos y biocombustibles, así como para criar animales, factores que han cambiado radicalmente la condición del suelo.

La organización ambientalista Greenpeace ha explicado que los incendios y el cambio climático generan un círculo vicioso, ya que entre más incendios se generan hay más emisiones de gases de efecto invernadero y por ende el calentamiento del planeta.

“Con este escenario vamos a tener más eventos extremos, como las sequías más importantes del mundo. Además de las emisiones, la deforestación contribuye directamente a un cambio en los patrones de lluvia en la región, que extiende la duración de la estación seca, afectando aún más los bosques, la biodiversidad, la agricultura y la salud humana”, indicó Greenpeace.

Por su parte, la Nasa ha venido analizando este tipo de escenarios y ha resaltado que a medida que el clima del planeta se calienta, el agua dulce se está desplazando haciendo que algunos lugares se estén volviendo más secos, lo cual estaría generando que los incendios se inicien y propaguen cada vez más rápido.

“Las sequías pueden crear condiciones ideales para los incendios. Los árboles secos y la vegetación proporcionan combustible que sumado a bajos niveles de humedad en el suelo y el aire facilitan la propagación rápida de los incendios”, indicó la Nasa.

Ver más: Pitbull salvó a su amo del ataque de un tiburón en una playa de EE.UU.

En su momento, Brasil fue reconocido a nivel mundial por su éxito ambiental en la protección de la selva amazónica. Sin embargo, tras la llegada de Bolsonaro se ha generado altos niveles de deforestación, los cuales se vienen acelerando porque su gobierno es escéptico al cambio climático y ha fomentado una agenda a favor de la agroindustria.

Y es que durante su campaña presidencial, Bolsonaro prometió ayudar a las compañías mineras y agroindustriales a expandir sus actividades en zonas ambientalmente protegidas, como la Amazonía, con el objetivo de impulsar la economía y crecimiento del país.

Este tipo de factores ha hecho que países de la Unión Europea que donaban recursos para la protección de la Amazonía tuvieran diferencias con las políticas del nuevo gobierno y hayan decidido no girar más recursos para ayudar a Brasil en el reto de proteger la selva más grande del mundo.

Asimismo, varios países y organizaciones ambientales también han hecho un llamado al mundo por la falta de compromiso que ha tenido el gobierno de Brasil con la protección de la Amazonía, en donde en los últimos meses se le ha restado importancia al aumento de la deforestación y a los incendios que consumen miles de hectáreas de bosques.