Avispón gigante asesino no llegaría a Colombia

Tras la reciente aparición del avispón asiático gigante en el estado de Washington, Estados Unidos, las alarmas en Latinoamérica, especialmente en Colombia, se encendieron ante el temor de que Vespa mandarinia pudiera llegar. No obstante, la comunidad científica dio un parte de tranquilidad.

“En Colombia no se encuentran climas idóneos para que la especie pueda establecerse”. Con esta afirmación, el Instituto Humboldt aclaró las especulaciones frente al gigante asiático y le dio un respiro al sector apícola y agropecuario del país.

El instituto, a través de la línea de Colecciones Biológicas-Entomología, desarrolló una modelación de distribución de la especie. Esta toma en cuenta los registros de presencia del avispón en Asia, obtenidos del Global Biodiversity Information Facility – GBIF y las 19 variables bioclimáticas de WorldClim – Centro Clima. Gracias a esto se pudo concluir que Vespa mandarinia no representaría un riesgo para los sectores como el apícola y el agropecuario en Colombia o Latinoamérica en general. Dado a que esta especie invasora no podría hacer presencia en el territorio nacional.

La distribución geográfica del avispón asiático es muy restringida a las zonas templadas del continente asiático. Para el profesor Sarmiento, una forma de entender la distribución de la especie es el siguiente: “En países como Tailandia, que tiene distribución tropical, estas avispas se ubican en la parte norte donde hay una condición de ciclos estacionales mucho más marcados”.

Así las cosas, al no existir estacionalidad (invierno, primavera, verano y otoño)  en el trópico, la probabilidad de que haya una dispersión de la especie hacía estos climas es baja. Precisamente, las hembras de Vespa mandarinia, como parte de su ciclo reproductivo requieren de una hibernación. Esta se lleva a cabo durante la época de invierno. Por lo que, ante la ausencia de este ciclo, la biología de la especie se ve afectada y, por tanto, la capacidad de adaptación es nula; por consiguiente la especie sucumbiría.

En conclusión, las temperaturas y ciclos climáticos determinados por la latitud constituyen una barrera en la distribución de las especies.

Según explicó Neita, esta especie se caracteriza por su gran tamaño, que puede variar de 3.81 a 5.08 cms de longitud y de entre 7.0 a 7.5 cms de envergadura alar. Los colores en sus bandas transversales de color naranja alternadas con bandas longitudinales negras son patrones similares a los expresados en algunas especies comunes para nosotros. Por su color, algunos investigadores lo llaman Avispa halloween.

“De la mano con Diego Martínez, desde la línea de Colecciones Biológicas-Entomología elaboramos un modelo de distribución de la especie. Para ello, utilizamos un total de 214 registros: 193 registros de presencia utilizados para entrenamiento, 21 para la validación (Fuente GBIF)”, sostuvo el experto Jhon César Neita.

El resultado del modelo, elaborado con Maxent, software de modelación de distribución de especies, muestra que hay zonas con “Idoneidad climática” debido a que  hace uso de las variables clima y registros.  Es decir, el área geográfica que tiene la  “idoneidad climática” es donde la especie puede vivir o establecerse.

De acuerdo a los reportes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) existen varias posibilidades como medio de llegada de la especie a los Estados Unidos. La primera puede ser por el consumo de los estados inmaduros (larvas o pupas) como parte de la gastronomía exótica del continente Asiático. La segunda, por el intercambio de mercancía a través de contenedores donde estas llegan.

“La probabilidad de llegada de Vespa mandarinia a la región neotropical es baja. Un escenario improbable en el caso del avispón, dado que su disribución natural es muy distinta”, destacó Neita.

Frente al temor de la ciudadanía sobre el imponente tamaño el avispón asesino asiático, el experto Neita también ha dado un parte de tranquilidad.

“Si bien el avispón asiático causa estupor, no hay que alarmarse. En Colombia tenemos insectos igualmente venenosos con los cuales interactuamos todos los días. Pero que en nuestro día a día hemos aprendido a convivir con ellos. Muchos de estos insectos están distribuidos en nuestras selvas bajo condiciones de alto riesgo de extinción o amenaza”, señaló.

Asimismo, agregó que en Colombia y la región tropical de América viven algunos de los insectos récord por tamaño. Como es el caso de la hormiga más grande Paraponera clavata, conocida como conga, bala o tocantera; la mosca más grande del género Pantophthalmus, cuyas larvas de alimentan de madera; y los escarabajos más robustos de las familias Melolonthidae y Cerambycidae (Coleoptera).

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