El 21 de marzo del año 2019, presenciamos como los órganos represivos de Nicolás Maduro, se llevaron preso a Roberto Marrero, quien fuera el Jefe de Gabinete del Presidente Interino de Venezuela, Juan Guaidó.
En ese momento, Marrero gritaba: “me han sembrado armas, Dios bendiga al Presidente Interino”.
Más de un año después, Marrero sale en libertad luego de una negociación de un sector de la oposición encabezado por Henrique Capriles con Nicolás Maduro.
Marrero abordó la situación en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
-CMR: ¿Cómo fue todo ese tiempo detrás de esos barrotes?
-RM: Es raro. Siempre le decía a mi esposa que no importaba el tiempo que pasó, sino el que está por pasar. El día más duro fue el 21 de junio del año pasado, que cumplió años mi hijo. A mí no me torturaron físicamente, porque no me golpearon, pero sí hay tortura porque no es fácil estar aislado dos meses, que a uno lo calumnien por televisión, y que me hayan sembrado armas. Es difícil, la cárcel no es fácil, pero el tiempo pasado pasó. Después de un tiempo pude conseguir una radio para tratar de enterarme de lo que estaba sucediendo en el país. En mi caso que era un preso político, que no cometí ningún delito, y que mi sentencia es política, la solución de mi problema es que se solucionara el problema del país. Entonces trataba de informarme para hacerme la película de lo que pudiera suceder.
-CMR: Ha mencionado en varias ocasiones a Romy, su esposa, quien hizo un trabajo admirable en el tiempo que estuvo en prisión ¿Qué significa el apoyo de la esposa para un preso político?
– RM: Yo sabía la familia que tenía. Tanto lo sé, que Romy aceptó irse con nuestro hijo antes de que regresara al país con Guaidó en marzo de 2019, cuando entramos por Maiquetía luego de la gira internacional. Ella sabía que el que tenía el ticket de ir a prisión de las cuatro personas que entramos al país era yo, porque no era diputado. Yo no soy diputado porque la señora Tibisay Lucena me sacó de la lista arbitrariamente, porque no querían a nadie del grupo de Leopoldo López en el estado Monagas, encabezando la lista en sustitución de Carlos Vecchio. Yo no tenía inmunidad y sucedió lo lógico con alguien que se arriesga y enfrenta a una dictadura. No me arrepiento de nada, yo sabía a lo que me estaba enfrentando. Romy me hizo caso, ella se tuvo que ir a sacrificarse sola, en un país extranjero, dejando su comodidad y a su esposo, pero haciendo lo correcto para nuestro hijo. Yo le dije que no la quería de rehén, porque me podían obligar a hacer cosas. Gracias a Dios no tuvieron esa carta. Le agradezco su entereza y valentía”.
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-CMR ¿Por qué se grabó un video antes de que fuera liberado? ¿Fue obligado a grabar ese video, te indicaron lo que debías decir?
-RM: Si hubiese hecho el video como ellos querían, le habría dado las gracias a la revolución, pero hice un video en el que dije la verdad. Es que no hace falta mentir. Soy un preso político, pero no me molieron a palos. No voy a montar un show, primero que no es mi estilo, y salí alegre porque estaba contento de que me liberaran. Estoy triste con los que se quedaron y por el año y medio que perdí, pero alegre porque estoy libre. Me liberan porque necesitan bajar la presión, porque tienen que negociar. No me liberaron gratis. Me liberan porque hay un trabajo de la gente que está afuera y porque hay un gobierno interino que buscan deslegitimarlo. La política está funcionando a tal punto que tienen que aflojar barajitas importantes como Juan Requesens y Rubén González. Esa lista de 110 personas es para que vengan los diputados para que sean candidatos. Hay que ver la política de buena forma.
-CMR: Cuando sales en libertad te encuentras con un panorama político desconcertante. Estamos viendo un sector opositor fracturado, resentido, extenuado y con pocas victorias ¿Qué encuentras políticamente hablando al salir en libertad?
-MR: Yo no veo eso tan fracturado. Lo que veo es gente tratando de hacer política de otra forma para ver si esas opciones logran coronar la transición. Veo a personas que genuinamente creen en esa política. Ahora creo que en la política que estamos haciendo con Guaidó, todavía se tiene mucho. Hay más de 90 diputados que apoyan el gobierno de transición. Es importante que no hayan podido doblegar a 50 diputados en enero para hacer un fraude parlamentario. No estamos bien, pero podríamos estar mucho peor. Yo no veo el vaso vacío, veo el vaso a la mitad. Hay una política que se lanzó que consiste en el gobierno de transición, el cese de la usurpación y las elecciones libres, y sigue vigente. O es que lo que plantea Capriles no es una suerte de ponerse de acuerdo para tener unas elecciones libres en algún momento. Capriles plantea una Asamblea Nacional nueva, para elegir una nuevo CNE que nos de unas elecciones libres. Lo plantea en otra ruta, pero en esencia es lo mismo, que es lograr el cambio político en Venezuela.
-CMR: ¿Qué harás ahora cómo político, hombre cercano a Juan Guaidó y militante de Voluntad Popular?
-MR: Poco puedo hacer porque la política pasó de nivel. Estamos en una geopolítica. Estamos hablando que hay intereses rusos, chinos y turcos. Tenemos que ir a una transición y las transiciones son criticadas y nunca son mayoritarias. El propio partido de Capriles estaba en contra de lo que hizo. No fue fácil, pero lo que hizo estuvo bien. La política buena no es la que se sueña, ni la que se cree, es la que ocurre. Yo todavía creo en la política de Juan Guaidó, pero no me niego a otras formas de hacer política. Este país se liberó con grandes divisiones internas entre Simón Bolívar y los otros próceres. La danza de la lluvia funciona porque los indios bailan hasta que llueva. Tendremos que bailar hasta que llueva.
América Digital
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