El demócrata Joe Biden juramentó como el presidente 46° de los Estados Unidos en una ceremonia de investidura frente al Capitolio marcando así el fin de cuatro años de la administración de Donald Trump.
El político de 78 años se convirtió en el presidente de mayor edad en llegar a la Casa Blanca pero con la experiencia de ya haber estado en los pasillos de la residencia presidencial tras haber ejercido como vicepresidente del Gobierno de Barack Obama.
El nuevo mandatario hizo un llamado, en su primer discurso, a la unidad del país y a superar las diferencias con el objetivo de trabajar conjuntamente frente a los retos que tienen los estadounidenses como nación.
“Hoy es un día de historia y de esperanza… Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido”, indicó Biden en su discurso tras haber jurado como el presidente.
El nuevo mandatario también se pronunció sobre el asalto al Capitolio e hizo un llamado para superar los desacuerdos porque “nos puede llevar a la desunión y yo les prometo que seré un presidente para todos” los estadounidenses.
“Les doy mi palabra: voy a defender nuestra Constitución, nuestra democracia y a los Estados Unidos para que podamos construir una historia de esperanza y de grandeza”, resaltó Biden.
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En ese sentido, prometió “derrotar” el “supremacismo blanco” y el “terrorismo doméstico” que reconoció han surgido en la sociedad. E instó a rechazar la manipulación de los hechos, una alusión a Trump, quien por semanas negó su derrota electoral y durante su mandato popularizó la frase “noticias falsas”.
El presidente también se pronunció sobre la pandemia del COVID-19 asegurando que poca gente en la historia del país se ha enfrentado a una época tan desafiante como la que atraviesa Estados Unidos en la actualidad.
“Un virus único en un siglo acosa silenciosamente al país. Se ha cobrado tanta vidas en un año como las que perdió Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Millones de personas han perdido su empleo, cientos de miles de negocios han cerrado”, dijo.
Ante este escenario, aseguró que su gobierno tienen mucho trabajo por delante pero también requiere la unión del país porque se está entrando en la que puede ser la fase más dura y mortífera del virus.
“Debemos dejar a un lado las ideas políticas y enfrentar esta pandemia como una nación”, indicó Biden haciendo un llamado a enfrentar esta pandemia de manera conjunta.
De esta forma, sobre las 12:00 horas Biden fue investido como nuevo mandatario luego de que el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, tomara su juramento constitucional con su mano sobre una edición de 1893 de la Biblia.
Previamente, la jueza Sonia Sotomayor, la primera magistrada hispana del Tribunal Supremo, tomó el juramento de Kamala Harris como vicepresidenta de Estados Unidos, siendo la primera mujer en la historia del país en ocupar ese cargo.
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La ceremonia en el Capitolio culminó con un discurso del nuevo presidente mirando hacia la gran explanada del parque central, el Mall de Washington, en la que hizo un llamado a la unidad y se comprometió a trabajar por todos los estadounidenses.
Posteriormente, Biden y su esposa Jill, junto con Harris y su esposo, Doug Emhoff, pasaron revista a una formación militar con escuadras de las cuatro fuerzas armadas, en honor de la transferencia pacífica del poder a un nuevo comandante en jefe. Además, se trasladaron al Cementerio Nacional de Arlington para colocar una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, en donde estuvieron acompañados de los expresidentes Bill Clinton, George W Bush y Barack Obama.
Rodeados de escolta militar de honor, el presidente Biden se dirigió a la Casa Blanca, la cual fue abandonada en la mañana de este miércoles por el entonces expresidente Donald Trump, quien se negó a participar en la transmisión del mando rompiendo 150 años de tradición.
Primeros actos del día
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, comenzó este miércoles la jornada de su toma de posesión del cargo asistiendo a un oficio religioso en un templo católico de Washington.
Biden y su esposa, Jill, acudieron a primera hora a la Catedral de San Mateo Apóstol, en el centro de Washington, siguiendo una tradición de todos los presidentes entrantes en la jornada de su investidura presidencial.
La familia presidencial estuvo acompañada de la vicepresidenta electa, Kamala Harris, y su esposo, Douglas Emhoff, así como los líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso y otros legisladores.
Entre ellos estaban los líderes del Senado, el republicano Mitch McConnell y el demócrata Chuck Schumer, así como a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y el líder de la minoría republicana de la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
La elección de la Catedral de San Mateo Apóstol se debe a que Biden es católico, de hecho es el segundo presidente católico en la historia de los Estados Unidos, después de John F. Kennedy.
La visita de los Biden a la iglesia se produjo mientras el presidente saliente, Donald Trump, abandonaba la Casa Blanca en el helicóptero presidencial y luego pronunciaba unas palabras de despedida a sus seguidores en la base aérea Andrews, antes de partir rumbo a su mansión privada en Palm Beach (Florida) en donde iniciará su vida como expresidente.
Con esto, Trump rompió la tradición de esperar en la Casa Blanca a su sucesor para darle la bienvenida antes de acudir ambos a la ceremonia de investidura, que se celebrará cuando él ya esté en Florida.
Con la salida de Trump de la Casa Blanca, concluyen cuatro años turbulentos marcados por la polémica en los que pasará a la historia como el primer presidente de EE.UU. al que se le han abierto dos procesos de enjuiciamiento político, el segundo de los cuales está aún pendiente de definirse en el Senado.
De esta forma, Estados Unidos pasa la página de cuatro años convulsos bajo el gobierno de Trump y el demócrata Joe Biden llega a la Casa Blanca recibiendo un país divido y con varios retos en materia económica y social por delante, especialmente como consecuencia del COVID- 19.