Si te gusta la adrenalina, los deportes extremos y no le temes a morir de un infarto, en Nueva Zelanda hay un lugar al que sí o sí debes ir: el ‘Nevis Catapult’ o la ‘catapulta humana’.
Ubicada en el valle Nevis de la Isla Sur de Nueva Zelanda, la catapulta puede recorrer 150 metros a una velocidad de 96 kilómetros por hora. “Prepárate para un descabellado recorrido en la catapulta más grande y más extrema del mundo”, es la presentación que hace de la ‘Nevis Catapult’ la empresa que creó la cuerda para la actividad extrema.
Aquellos que quieran visitar la atracción deben tener más de 13 años, pesar al menos 27 kilos y en el lugar se les equipa con casco y arnés para el infartante viaje. Además deben completar un cuestionario en el que aclaren si tienen una condición médica o cirugía reciente.
La catapulta, a diferencia de otro tipo de deportes, empuja a las personas en una sola dirección antes de caer: la persona recorre 150 metros tras la expulsión a 96 kilómetros por hora. En general la experiencia puede llegar a durar entre 3 y 4 minutos y su costo oscila entre los 170 y 180 dólares.
Queenstown, la región en la que se encuentra localizada la catapulta, también es famosa por los saltos en bungee, el paracaidismo, surf por el río y los impresionantes paisajes naturales que ofrece a turistas y lugareños. Por sus atracciones se ha ganado el sobrenombre de la ‘Capital Mundial de la Aventura’.
Algunos de los lanzamientos más curiosos de la catapulta han sido protagonizados por amigos: se han lanzado, en parejas, tríos y hasta desnudos (la rápida caída podría hacerles perder la ropa).