Un grupo de científicos de la Universidad Agrícola de Praga vienen investigando la forma de cultivar lechugas, rábanos, mostaza, albahaca o patatas con el objetivo de resolver el problema del suministro de alimentos en las futuras misiones de larga duración a ese planeta.
El proyecto de investigación es denominado como ‘Marsonaut’ y es liderado por el científico checo-croata Jan Lukacevic y con una dotación inicial de unos 40.000 euros de fondos privados, con los que se pretenden generar unos conocimientos que se utilicen en zonas de la Tierra con dificultades para la producción agrícola.
Sin embargo, el principal objetivo del equipo de botánicos, expertos en automatización e ingenieros es crear una granja vegetal en Marte, en condiciones de laboratorio sostenibles y con autosuficiencia energética.
“Se trata de desarrollar formas de cultivo capaces de afrontar las condiciones de gravedad, escasez de agua y contaminación del suelo en Marte” por la alta concentración de sales alcalinas y percloratos”, indicó Lukacevic.
De acuerdo con el científico, el proyecto alemán Eden ISS le suministra unas semillas al proyecto, pero destaca que si bien no es posible reproducir en laboratorio las condiciones de Marte, sí se pueden desarrollar soluciones que superen las carencias de este planeta rojo.
En medio de este escenario, Lukacevic ha asegurado que quiere participar de las próximas misiones espaciales a Marte que se estiman se realizarán dentro de unos 10 o 15 años, tras el anuncio del presidente de EE.UU. Donald Trump, en abril de 2017 luego de asumir en el cargo.
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El mandatario de la Casa Blanca pidió entonces a la NASA que acelerará un poco sus planes de exploración del espacio ultraterrestre con la meta de enviar humanos a Marte en la década de 2030.
En ese sentido, los checos quieren ser parte de ese reto y para conseguirlo vienen explorando las posibilidades que ofrecen las tecnologías aeropónicas, donde las plantas crecen sin tierra y sus raíces se rocían con nutrientes de nitrógeno.
“En un circuito cerrado que permite además afrontar la menor gravedad de Marte, el agua se utiliza nuevamente, lo que resulta una forma de ahorrar este recurso escaso. Luego está el sistema de diodos que reproduce la luz solar, con lo que las plantas crecen más rápido al estar iluminadas en todo momento”, indicó Lukacevic.
Sin embargo, los científicos explicaron que las tormentas de polvo en Marte son frecuentes lo cual afectaría el rendimiento de las placas foto voltaicas al quedar cubiertas de suciedad y se hace necesario usar sistemas alternativos, como los termonucleares, que no dependen de la luz.
Finalmente, el grupo de expertos indicaron que la automatización es además un sistema que permite que exista el mínimo contacto manual con las plantas para evitar la transmisión de enfermedades.