Los restos de un cohete espacial de China están sin control y podrían estrellarse con la Tierra

Las autoridades espaciales y de seguridad del mundo vienen siguiendo la trayectoria de un gran cohete chino que está fuera de control en el espacio y que ingresará a la atmósfera entre el 7 y 9 de mayo para luego estrellarse en la Tierra, por lo que existe preocupación sobre los lugares en donde caerán estos escombros.

Esta situación se registró luego de que la agencia de china lanzara el primer módulo de su estación espacial en el cohete Long March 5B. Esta primera etapa de esta nave generalmente reingresa a la Tierra poco después de su despegue para caer en el mar pero en este caso la estructura quedó en la órbita.

Los expertos han resaltado que es posible que la estructura se desintegre al entrar en la atmósfera, dejando solo escombros pequeños para chocar. No obstante, si permanece intacta hay grandes posibilidades de que caiga en el océano, aunque no se descarta que también pueda estrellarse contra un área poblada o un barco.

En ese sentido, agencias como la NASA y el Pentágono de EE.UU. vienen siguiendo con gran atención esta situación para poder determinar el nivel de riesgo que representará los restos de este cohete espacial.

Las autoridades de China aún no han informado si la etapa principal del enorme cohete Long March 5B está siendo controlada o si descenderá fuera de control. En mayo pasado, otro cohete chino cayó de forma descontrolada en el Océano Atlántico frente a las costas de África occidental.

En ese sentido, se desconocen los detalles básicos de la etapa y su trayectoria debido a que el gobierno de China no ha emitido comentarios públicos sobre el reingreso de la estructura.

Sin embargo, el diario Global Times reveló que la “delgada” capa exterior de aleación de aluminio de la etapa se quemará fácilmente al ingresar a la atmósfera, por lo que el riesgo para las personas sería muy remoto.

“El punto exacto de entrada a la atmósfera de la Tierra del cohete no se puede identificar hasta dentro de unas horas, cuando se produzca su reentrada”, indicó Mike Howard, portavoz del Pentágono.

Ante este escenario, varias organizaciones expertas en el tema como Aerospace Corp han calculado que los escombros caerán en el Océano Pacífico cerca del Ecuador, pasando por encima de ciudades del este de Estados Unidos.

Además, se ha identificado que su órbita abarca una sección del planeta que va desde Nueva Zelanda hasta la provincia de Terranova (Canadá).

El experto del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, Jonathan McDowell, explicó a la cadena CNN que la situación “no es el fin de los días” y estos restos no representarán un riesgo muy grande para las personas.

“No creo que la gente deba tomar precauciones. El riesgo de que haya algún daño o de que golpee a alguien es bastante pequeño. No es despreciable, podría suceder, pero el riesgo de que te golpee es increíblemente pequeño. No perdería ni un segundo de sueño por esto como una amenaza personal”, indicó McDowell.

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De acuerdo con el científico, es casi imposible determinar exactamente a dónde podrían dirigirse los escombros debido a la velocidad a la que viaja el cohete chino. No obstante, el océano sigue siendo la apuesta más segura sobre dónde aterrizarán los escombros ya que ocupa la mayor parte de la superficie de la Tierra.

“Si quiere apostar a dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico, porque el Pacífico es la parte más extensa de la Tierra. Es así de simple”, resaltó McDowell.

Tras la separación del módulo espacial, el lanzador comenzó a orbitar el planeta en una trayectoria irregular, perdiendo altura lentamente y haciendo casi imposible predecir su punto de entrada a la atmósfera y el lugar en donde podría impactar en la Tierra.

En ese sentido, la etapa de casi 30 metros (100 pies) de largo del cohete chino sería uno de los mayores desechos espaciales en caer a la Tierra.

El cohete de 18 toneladas que cayó en mayo pasado fue el desecho más pesado en caer fuera de control desde el reingreso de la antigua estación espacial soviética Salyut 7 en 1991.

La primera estación espacial de China, Tiangong-1, cayó en el Océano Pacífico en 2016 después de que Beijing confirmó que había perdido control de la misma. En 2019, la agencia espacial controló la desintegración en la atmósfera de su segunda estación, Tiangong-2.

En marzo, los escombros de un cohete Falcon 9 lanzado por la compañía estadounidense SpaceX cayeron a Tierra sobre Washington y en las costas del estado de Oregón.

Si bien la mayoría de los objetos de desechos espaciales se queman en la atmósfera, el tamaño del cohete chino (22 toneladas) ha generado preocupación porque algunas de sus piezas más grandes puedan volver a entrar en la atmósfera y causar daños si golpean áreas habitadas.

Finalmente, varias agencias espaciales están expectantes de la trayectoria que podría tomar este cohete para determinar en donde caerá su estructura. Además, para evaluar si se desintegrará o no al ingresar a la atmósfera y quedarán algunos restos de tamaño considerable que representen alguno riesgo.

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