El general de división Manuel Cristopher Figuera, el exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), relató a la agencia Bloomberg en un artículo publicado el 29 de julio, que días después de haber sido designado al frente de ese organismo, le solicitaron informes detallados cada dos horas de los principales líderes de la oposición venezolana, que además debían ser enviados directamente al mandatario Nicolás Maduro, su esposa, Cilia Flores, y la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Por otro lado, reveló que funcionarios de los servicios de inteligencia venezolanos estarían infiltrados en los organismos de seguridad de Colombia, haciendo referencia a la posterior captura del coronel Oswaldo García Palomo, señalado como responsable del presunto atentado contra Nicolás Maduro en agosto de 2018 en la avenida Bolívar de Caracas.
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Sin embargo, recalcó que la captura de García Palomo ocurrió cuando él estaba destacado en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Ante la desconfianza que despertó la deserción de Cristopher Figuera de Venezuela tras haber estado más de una década en el órgano señalado antes de hacerse cargo del Sebin, manifestó que comparte la responsabilidad de la permanencia de Maduro en el poder, “Pero si alguien tiene evidencia en mi contra, no tengo miedo de enfrentar la justicia”.
El general de división tiene permiso de estar en Estados Unidos bajo una figura de temporalidad, pero si desea quedarse en ese país, deberá pedir la residencia o el asilo. Antes de viajar hasta allá, estuvo un tiempo en Colombia pero al temer por su vida, decidió volar a la nación estadounidense.
Respecto al fallido alzamiento militar del 30 de abril, Cristopher Figuera reiteró que dentro del movimiento estaban implicados el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, pero afirmó que quiere verlos a los ojos y desafiarlos por su “traición”.
También destacó que fue enviado por Nicolás Maduro en marzo de 2018 a República Dominicana para contactar con un funcionario de la CIA con el fin de negociar la suspensión de las sanciones contra los funcionarios y empresas del Estado venezolano, pero sus intereses y los de EEUU fueron completamente diferentes y no se llegó a un acuerdo determinado.
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Por otro lado, habló del enriquecimiento ilícito que el mandatario venezolano, junto a sus familiares, estaría haciendo producto de la venta ilegal de oro a otros países, señalando como responsable a Nicolás Maduro Guerra, el hijo de quien preside el Ejecutivo. Denunció que cuando quiso investigar esta situación, la vicepresidenta Delcy Rodríguez le pidió que se retirara de ese asunto.
También dijo que la seguridad que provee Cuba a Maduro aumentó considerablemente de 20 a 200 agentes, mientras que descartó que las negociaciones que se están realizando en Barbados entre las delegaciones del gobierno y la oposición den algún tipo de resultado, a menos de que el mandatario renuncie.