A más de dos meses del inicio de las protestas en Chile, que suman 29 muertos, el presidente Sebastián Piñera afirmó que “lo peor de esta crisis ya pasó” y que tiene la esperanza de que el próximo año será mejor que éste.
En una entrevista este domingo con el diario La Tercera, al cierre de una semana en que se sumó una nueva víctima fatal a las protestas sociales, el mandatario derechista afirmó que está “convencido de que el año 2020 va a ser mucho mejor 2019” y que “lo peor de esta crisis ya pasó”. Esta semana también fue convocado oficialmente un plebiscito para el 26 de abril.
“Ahora tenemos que hacernos cargo de aprender de las lecciones para construir un país mejor entre todos”, agregó Piñera, que se encamina a cumplir en marzo su segundo año de gobierno con una popularidad en mínimos históricos de 11%.
Según Piñera, su afirmación se basa “en la profunda fe y confianza en el pueblo chileno”, y en las mejores cifras que muestra la economía mundial tras el acuerdo alcanzado entre China y Estados Unidos, y que para Chile ha significado el incremento en el precio internacional del cobre, del cual es su primer productor mundial.
“La economía internacional ha dado signos de recuperación. Hay señales promisorias”, dijo Piñera.
Las protestas sociales estallaron el 18 de octubre tras el alza de las tarifas del metro de Santiago que después derivaron en un extendido reclamo en favor de reformas sociales en uno de los países más desiguales de la región, con masivas protestas callejeras, ataques incendiarios y saqueos al comercio.
Piñera cambió su gabinete diez días después del inicio de las protestas y le dio un giro a su programa de gobierno. Esta semana, después de un extenso acuerdo político convocó para el 26 de abril a un plebiscito para decidir si se cambia o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El mandatario también anunció un aumento en un 50% de las pensiones más bajas y un subsidio para incrementar el salario mínimo, además de un bono de casi 110 dólares para familias de bajos recursos para hacer frente a la crisis.
Y aunque bajó la cantidad de asistentes, las manifestaciones no cesan. El viernes, una persona murió al caer a un foso tras arrancar de la policía y se incendió un tradicional cine de Santiago.