El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, negó el 16 de julio que su país esté implicado en el derribo del avión de Malaysia Airlines sobre el este de Ucrania en 2014, que causó la muerte a sus 298 ocupantes, al igual que rechaza la investigación internacional que apunta directamente a tres de sus ciudadanos y a un ucraniano.
Peskov dijo que el Kremlin rechaza la legitimidad de la investigación internacional llevada a cabo por cinco países (Ucrania, Holanda, Australia, Bélgica y Malasia) es que en ella no participan expertos rusos. Por ello, reiteró que desde el inicio de las investigaciones, el caso se politizó.
Ese fue el mismo argumento que usó Rusia en julio de 2015 para vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU la creación de un tribunal internacional que juzgara a los presuntos responsables del ataque contra el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que volaba entre Amsterdam y Kuala Lumpur.
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Además, Rusia rechazó los dos principales argumentos de la comisión de investigación: que el misil -de la clase Buk– que abatió el aparato fuera lanzado desde una zona controlada por los separatistas prorrusos y que la lanzadera hubiera sido transportada desde Rusia, adonde habría regresado después del derribo del Boeing.
Tras conocerse el derribo del avión de pasajeros, las autoridades de Ucrania acusaron a los separatistas prorrusos del ataque contra la aeronave, que se produjo sobre el territorio que estos controlaban. Sin embargo, luego del hecho, el jefe militar de los separatistas, el ruso Ígor Guirkin (alias Strelkov), anunció por todo lo alto que habían destruido en vuelo un avión de transporte militar ucraniano AN-24, del que nunca más se tuvo noticia, recordó EFE.
Precisamente, Guirkin y tres de sus subordinados fueron señalados por el Equipo de Investigación Conjunta (JIT, en sus siglas en ingles) como sospechosos del derribo del avión malasio.
Las declaraciones de Guirkin fueron recogidas por la televisión rusa, que poco después informó de que se trataba de una avión de pasajeros, y a partir de ese momento los medios y autoridades rusas se prodigaron en versiones, algunas de ellas disparatadas, sobre lo ocurrido.
“Provocación de la CIA”, “Era un avión cargado de muertos; no llevaba pasajeros”, “Derribado por un caza ucraniano”, fueron algunas de las hipótesis adelantadas no solo por periodistas, sino por especialistas militares rusos.
Junto a Guirkin, coronel retirado del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), serán procesados los militares retirados rusos Oleg Pulátov y Serguéi Dubinski y el ciudadano ucraniano Leonid Járchenko.
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El caso será llevado a la Justicia holandesa antes de diciembre de 2019 y el 9 de marzo de 2020 se celebrará la primer vista del juicio, que será en ausencia, ya que Rusia no extradita a sus ciudadanos y Járchenko reside en el territorio controlado por los separatistas en el este de Ucrania.
“No quiero ni comentarlo. Ni yo ni otros milicianos tuvimos nada que ver”, dijo Guirkin a la prensa el mismo día que fue señalado como uno de los cuatro sospechosos del derribo del Boeing 777, y agregó que no piensa declarar ante la Justicia holandesa.
El JIT ha anunciado que sus labor continuará hasta “aclarar la cadena de responsabilidades” para establecer a todas las personas involucradas en el proceso de toma de decisiones del derribo del MH17.