Disney nos pintó a las madrastras como las malvadas, pero en la vida real, son ellas quienes enfrentan mayor probabilidad de rechazo de parte de los hijos de sus parejas y sufren una fuerte presión por ser maternales, indica un estudio publicado por Relate and Relationships, una organización no gubernamental con sede en Escocia, publicada por The Telegraph.
Los especialistas consultados por el medio aseguran que existe una presión fuerte sobre las mujeres que comienzan una relación con hombres que ya tienen hijos, mucho mayor a la que se enfrentan los hombres que inician un romance con una mujer que ya tiene hijos.
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El reporte de la organización evaluó 5 mil familias, en las cuales había 700 en las que las parejas tenían hijos de relaciones anteriores.
El estudio indicó que el 57% de las madrastras no tenían una buena relación con los hijos de su esposo o pareja. “Las madrastras pueden sentir la presión de ser maternales y es más probable que enfrenten el rechazo de sus hijastros, y los hijastros pueden verse atrapados entre los padres biológicos y los nuevos miembros de la familia”, se lee en el reporte.
Otro estudio, pero de la Universidad de Alberta, en Canadá, establece que las madrastras no solo han sido estigmatizadas en la cultura popular sin fundamente, sino que además son la pega que mantiene unidas a las familias cuando las relaciones de pareja se terminan.
Los menores de edad pueden obtener un sentido de familia nuevo cuando tienen madrastras y ellas pueden ser un sostén importante en la vida de la familia.
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Para disminuir la fricción, estos especialistas recomiendan no forzar la relación y simplemente darse el tiempo de conocer a cada hijo.
Piden a las madrastras recordar que el amor y la confianza son dos elementos que se desarrollan con el tiempo y que no necesariamente se dan. Algunas relaciones, por incompatibilidad de carácteres, no pasan de la cordialidad, y es algo con lo que hay que fluir.
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