Julián Mondragón y Andrea Verino, son una pareja de esposos que vive en Argentina y cuyo sueño de ser padres vivió muchos obstáculos. Pero gracias a Romina, hermana de Julián, su vida cambió para siempre.
En 2003, Andrea fue diagnosticada con un carcinoma ductal infiltrante de tercer 3° encapsulado. Al pasar por el tratamiento de quimioterapia y rayos X, la calidad de sus óvulos se vio afectada y empezó su lucha por conseguir formar una familia.
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En un comienzo intentaron con la donación de óvulos “pero no, cada vez que aparecía una esperanza, después se caía”, relata Julián. Los tratamientos de fertilidad nunca resultaron y los médicos les dijeron que ningún embarazo iba a ser exitoso.
Romina se ofreció a prestar su vientre para gestar a su sobrina
Aunque pensaron en adoptar, terminaron por desistir y habían decidido “quedarse solos”, pero ahí es donde Romina llegó con una opción que podría obtener los resultados esperados: prestar su vientre para gestar al bebé de su hermano y su cuñada.
“Yo estaba viendo en la tele el caso de una pareja de hombres de Mendoza que había tenido un hijo gracias a una amiga que les había prestado el vientre (…) Siempre había pensado que yo sería capaz de hacer algo así por ellos, pero como todos se iban al exterior creía que en Argentina no se podía”, dijo Romina.
Al inicio no fue fácil tomar la decisión, debido a que Romina está casada y tiene cuatro hijos y para Julián era algo raro que su hermana menor fuera a dar a luz a su bebé.
Pero Romina dijo en su momento: “Te digo honestamente, no tengo dudas, ni miedo de confundirme. Yo tengo claro que no quiero tener más hijos y que voy a gestar a mi sobrino. Se los voy a cuidar esos nueve meses, después irá con su mamá y su papá”.
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Inicio del proceso judicial
Debido a que en el país no hay una normativa específica sobre el vientre por alquiler y es una opción que no está en el Código Civil y Comercial, es necesario solicitar la autorización de un juez. Para ello, los asistió el abogado Nicolás Gigena.
En octubre de 2018 hicieron entrega de la carpeta con su caso explicando la condición de salud de Andrea y la Justicia, en voz de la jueza de familia Mónica Parrello, determinó que el caso era viable.
“Nos dijo que había estado pensando en nosotros toda la noche y que como le parecía un acto de amor supremo, nos daba el visto bueno para que lo hiciéramos”, detalló Romina.
Tras conseguir el aval, se determinó que Romina podría llevar al bebé en su vientre pero no tendría ningún vínculo filial con este. Una vez naciera, sería registrado como hijo de Julián y Andrea, manifestando su “voluntad procreacional”.
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Proceso de embarazo de Romina y nacimiento de su sobrina
El 13 de junio de 2019 recibieron la sentencia definitiva y fue el momento en que empezaron con el proceso para que Romina quedara embarazada.
“Ya habíamos visitado el centro de fertilidad para ver cómo era. En noviembre de ese año comenzó todo. Con la ayuda de una donante de óvulos, se obtuvo el cigoto y después me prepararon a mí con unas pastillas de estrógeno y progesterona. Cuando estuve en condiciones, el 26 de febrero de 2020 se hizo la transferencia y el implante de embrión”.
De esta manera empezó la gestación de una niña a la que llamarían Guadalupe.
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Pasaron los meses y el 13 de noviembre de 2020, en medio de la pandemia por el coronavirus, nació la pequeña en el Sanatorio de Córdoba Capital. En el parto solo pudo estar presente Andrea, pero luego se le permitió el ingreso a Julián y al esposo de Romina para que pudieran conocer a la bebé.
Ahora, Romina quiere ser con su historia y la de su sobrina, un ejemplo para que otras parejas que pasan por situaciones similares no descarten esta opción que aunque es poco común, regalará alegría a varias personas.
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