Un grupo de investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) de la Universidad Austral de Chile ha evidenciado la importancia que tiene el ‘Bosque de huiro’ para la biodiversidad en la Patagonia.
Este tipo de ecosistemas es un complejo de algas que alberga y brinda protección a unas 240 especies de flora y fauna en medio del océano.
“Estos bosques son importantes áreas de reproducción y alimentación de animales y reúnen desde bacterias hasta grandes depredadores”, aseguró Mauricio Palacios, investigador de Biología Marina de la Universidad Austral de Chile y quien se encuentra estudiando los impactos del cambio climático a esta alga.
El color de las algas son generalmente de color pardo y puede llegar a medir hasta unos 70 metros desde la parte subacuática hasta la superficie. Este tipo de organismos crecen en las aguas frías de Oceanía, las Islas Malvinas y en toda la costa de océano Pacífico, especialmente en el sur de Chile, formando grandes extensiones de bosque submarino.
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En riesgo
El científico en biología marina y miembro del Centro Ideal, Miguel Pardo, destacó que el ‘Bosque de huiro’ es vital para el ecosistema patagónico y afirmó que esta zona del mundo sería muy distinta sin la presencia de estas algas.
“Hay una biodiversidad intrínseca de especies que viven solo dentro de ese hábitat. Solamente el disco adhesivo de una planta podemos encontrar cien especies, entre ellas cangrejos-araña, centollas, erizos, caracoles, lapas, etc.”, explicó Pardo.
De acuerdo con el científico, es necesario entender las dinámicas de esta alga frente al cambio climático ya que además de generar alteraciones en los hábitats se podría convertir en una especie que puede colonizar nuevas áreas en Suramérica.
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Precisamente, un estudio mundial de 2016 reveló que en algunas zonas de Oceanía los bosques de huiro habían desparecido por completo en los últimos 100 años debido al aumento de las corrientes de agua caliente, mientras que en otros lugares del planeta colonizaron nuevas zonas.
“En la Patagonia todavía no hay ningún dato sobre cómo ha cambiado su distribución o si ha habido un aumento o disminución”, explicó Palacios, quien con su estudio quiere determinar el comportamiento de los bosques de huiro bajo diferentes condiciones de agua y luz.
En ese sentido, Palacios pudo evidenciar que el huiro es resistente y se adapta a condiciones ambientales estresantes. Sin embargo, aseguró que el cambio climático no es la única amenaza de estas zonas verdes ya que la pesca y la cosecha de estas algas también amenaza su presencia y pone en riesgo su subsistencia.
“Las algas tiene numerosas aplicaciones en productos cosméticos, farmacéuticos y hasta como alimento para animales y personas. Estudios como estos pueden ayudar a protegerlas con medidas específicas cuando se haya probado aún más su determinante rol en el ecosistema marino austral”, indicó Palacios.