Después de una semana, las autoridades australianas continúan trasladando mar adentro los cadáveres de unas 380 ballenas piloto muertas luego de quedar varadas la semana pasada en una remota zona de la isla de Tasmania, en el sureste de Australia.
De casi 490 ballenas piloto varadas, 110 han logrado ser rescatadas por un gigantesco grupo de 60 rescatistas que de manera incesante ha hecho todo lo posible por ayudar a mantener con vida a los cetáceos. Sin embargo, 380 ballenas han perdido la vida, por lo que ahora la mayor misión está en retirar y remover los cadáveres hasta alta mar.
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“Las tareas comenzaron ayer (domingo) y llevará algunos días. Todo dependerá de la marea, los vientos y otras condiciones (meteorológicas) en la zona”, dijo en entrevista con EFE una portavoz del gobierno estatal de Tasmania, que coordina el operativo.
El objetivo es lograr retirar los cuerpos de las ballenas que murieron varadas en la bahía de Macquarie antes del miércoles, fecha en la que se tiene prevista una mala condición del clima. Además, la idea es remolcar los cadáveres hasta alta mar, en donde se desharán de los restos.
Para los rescatistas aún hay la esperanza de que se encuentren más ballenas sobrevivientes, por lo que continúan con la búsqueda.
“Creemos que puede haber algunas que todavía están apareciendo, que nos hemos perdido y que no están completamente varadas, pero sí están en peligro”, dijo a The Guardian el controlador de incidentes Robert Buck.
El puerto de Macquarie, Australia, done ocurrió esta tragedia ambiental, es un conocido punto para los varamientos de ballenas. De hecho, este tipo de eventos ocurren con frecuencia en áreas poco profundas, inclinadas y arenosas.
“Lo que sigue siendo el factor más importante es la topografía que forma trampas naturales para ballenas. Las ballenas no están familiarizadas con esta topografía y probablemente también cómo el agua entra y sale con las mareas”, señaló a Th Guardian, Emma Betty, del Grupo de Investigación de Ecología de Cetáceos de la Universidad Massey en Nueva Zelanda.
Algunas teorías apuntan a que la manada de ballenas quedó varada luego de haberse acercado a la orilla del puerto de Macquarie, Auntralia, para alimentarse, lo que provocó el estancamiento de los cetáceos. Sin embargo, los expertos señalan que probablemente nunca se llegue a esclarecer del todo la razón exacta de la gran cantidad de ballenas varadas muertas.
Esta tragedia medioambiental comenzó el pasado 21 de septiembre cuando las autoridades avistaron las primeras 270 ballenas piloto, mientras que otras 200 fueron halladas muertas el miércoles en puntos separados entre 7 y 10 kilómetros.
Las ballenas piloto, que pueden llegar a medir entre seis o siete metros y pesar 2.5 toneladas, tienen una fuerte vinculación familiar, por lo que muchas mueren estando varadas debido al estrés que les provoca estar separadas del grupo, mientras que otras lo hacen por el cansancio o la falta de oxígeno al no poder moverse.
Este incidente de ballenas varadas es el más grande registrado en Australia, luego de un evento similar en 1996 que dejó como saldo 320 ballenas piloto muertas al occidente de ese país.
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