La Nasa reveló que dos de sus telescopios espaciales ( Hubble y Spitzer) pudieron identificar, por primera vez, la huella química de un planeta que se encuentra entre el tamaño de la Tierra y Néptuno.
El planeta es denominado como Gliese 3470 b (también conocido como GJ 3470 b) y los científicos creen que puede ser un cruce entre ambos planetas y que contaría con un gran núcleo rocoso enterrado bajo una atmósfera profunda de hidrógeno y helio.
“El observatorio espacial Kepler de la NASA ha descubierto muchos mundos similares, cuya misión terminó en 2018. De hecho, el 80 % de los planetas de nuestra galaxia pueden caer en este rango de masas. Sin embargo, los astrónomos nunca han podido entender la naturaleza química de un planeta así hasta ahora”, explicaron los investigadores. .
El profesor de astronomía de la Universidad de Montreal Björn Benneke aseguró que ese descubrimiento les permitirá conocer más pistas sobre el origen de este exoplaneta.
“Este es un gran descubrimiento desde la perspectiva de la formación de planetas. El planeta orbita muy cerca de la estrella y es mucho menos masivo que Júpiter, 318 veces la masa de la Tierra, pero logró acumular la atmósfera primordial de hidrógeno y helio que en gran parte no está contaminada por elementos más pesados”, destacó Benneke.
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El investigador también indicó que en el análisis encontraron una atmósfera pobre en elementos pesados que se asemeja a la composición del Sol, la cual es rica en hidrógeno y helio.
“Esperábamos una atmósfera fuertemente enriquecida en elementos más pesados, como el oxígeno y el carbono, que están formando abundante vapor de agua y gas metano, similar a lo que vemos en Neptuno”, indicó Benneke.
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Para los expertos, GJ 3470 b pudo haber nacido precariamente cerca de su estrella enana roja. Además, se cree que este planeta comenzó como una roca seca y rápidamente acumuló hidrógeno de un disco de gas cuando su estrella era muy joven.
“Estamos viendo un objeto que fue capaz de acumular hidrógeno del disco protoplanetario pero que no se escapó para convertirse en un Júpiter caliente”, destacó Benneke, quien también aseguró que se necesitan más investigaciones para poder establecer si este planeta es una “super-Tierra” o un “sub-Neptuno”.
Finalmente, el estudio concluyó que las futuras investigaciones con el telescopio espacial Webb de la NASA se podrá sondear aún más profundamente la atmósfera de este planeta y aclarar mejor la composición de sus nieblas atmosféricas.
América Digital
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