América se prepara para el gran desafío logístico que conllevará el transporte, almacenamiento y distribución de las vacunas para el coronavirus, en medio de la urgencia por frenar el COVID-19 que deja más de 30 millones de contagiados y más de 770.000 muertos en el continente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que América viene registrando un fuerte incremento en los contagios y sigue siendo la región más afectada en el mundo por la pandemia.
Sin embargo, la aprobación de Estados Unidos a la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer ha aumentado las expectativas no solo en este país sino también por el efecto que puede tener en la región la llegada de las dosis que permitan controlar paulatinamente el coronavirus.
La Universidad Johns Hopkins ha revelado que Estados Unidos se mantiene como la nación con más contagiados y muertes (15,6 millones casos y más de 292.000 muertes) y viene registrando un fuerte incremento de la transmisión del coronavirus que amenaza con colapsar los hospitales.
Por su parte, en Brasil la ocupación de cuidados intensivos ya supera el 90 % en muchas ciudades, otros dos países de Latinoamérica se ubican entre los diez primeros del mundo en número de casos: Argentina (noveno) y Colombia (décimo).
Argentina registra 1,48 millones de infectados; mientras que Colombia reporta 1,39 millones de contagios; y México 1,2 millones.
Luego están Perú (unos 979.000 casos y 36.400 fallecidos), Chile (más de 567.900 contagios y 15.782 muertes) y, mucho más atrás, Ecuador (200.765 infectados y más de 13.800 decesos).
Los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apuntan a una alta tasa de mortalidad en Latinoamérica por el coronavirus, con 74 decesos por cada 100.000 habitantes, mientras el promedio mundial es de 21.
La esperanza puesta en las vacunas
Luego de que Estados Unidos le diera el visto bueno a la vacuna de Pfizer/ BioNTech, se inició una gigantesca labor logística para entregar las primeras vacunas en los hospitales del país en donde se empezarían a aplicar las primeras dosis a partir del lunes.
La autorización de uso de emergencia dada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) hace que Estados Unidos se sume al Reino Unido, Baréin, Canadá, México y Arabia Saudí como los países que le han dado el visto bueno para su aplicación.
Ver más: ¿Cómo se prepara EE.UU. para suministrar la vacuna contra la COVID-19?
Sin embargo, la situación es diferente para otras naciones ya que más de un centenar de países en desarrollo, como los de Latinoamérica, carecen de organismos capaces de realizar esas evaluaciones y dependen del aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hasta ahora, la OMS ha recibido tres expedientes de candidatas a vacunas y la evaluación más avanzada es sobre la desarrollada por Pfizer junto a la biotecnológica alemana BioNTech.
El reto de la ultracongelación
La científica en jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, reconoció que en las próximas semanas el organismo podría emitir una opinión sobre el uso de emergencia de la primera vacuna, ante lo cual América ya está evaluando su capacidad logística.
“Hay bastantes retos, pero el principal es que la vacuna tiene que conservar su cadena de frío desde que sale de la fábrica, en el transporte aéreo, la llegada al aeropuerto, el almacenamiento en cada país, hasta cuando finalmente se va a vacunar a la persona”, explicó Daniel Rodríguez, director de Adquisiciones y Suministros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con el experto, desde que las vacunas para el coronavirus salen de fábrica hasta el aeropuerto de destino no puede tardar más de 72 horas, por lo que la conexión entre el punto de partida y llagada debe ser superrápida para garantizar su efectividad.
Precisamente, la dosis administrada por Pfizer requiere ser conservada a -70 grados centígrados, mientras que la de la también estadounidense Moderna se puede tener hasta 6 meses a una temperatura de 20 grados bajo cero.
“Ese tipo de ultracongelación no lo tenemos, no forma parte de los programas regulares de vacunación”, detalló Cuauhtémoc Ruiz Matus, jefe del Programa de Inmunización de la OPS, al señalar que por ello algunos países de la región han firmado acuerdos directamente con los laboratorios.
México, por ejemplo, dijo hace unos días que los 34,4 millones de vacunas contra la COVID-19 que recibirá de Pfizer serán custodiadas por la farmacéutica hasta el punto de vacunación, con lo que la empresa resolverá las dificultades para mantenerlas ultracongeladas.
Por su parte, Panamá trabaja contrarreloj para construir cuatro cuartos fríos y comprar quince congeladores especiales.
A través del mecanismo COVAX, unos 180 países tienen garantizadas con la OMS vacuna para el coronavirus iniciales para cubrir al menos el 3 % de la población en las primeras fases de despliegue, llegando finalmente al 20 % de sus habitantes, lo suficiente para proteger a las personas con mayor riesgo.
La OPS calcula que para vacunar al 20 % de la población en América se necesitarán 273 millones de dosis (con un esquema de dos dosis a 10,55 dólares/dosis) y con un costo proyectado de 2.714 millones de dólares.
El afán por la vacuna crece a medida que se disparan los contagios nuevamente en países como Cuba, México o Brasil, donde incluso estados como Sao Paulo y Río de Janeiro anunciaron la reimplantación de medidas de distanciamiento social.
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