Un grupo de académicos de la Universidad de Brighton ha descifrado uno de los misterios de hace más de 400 años sobre el origen de las piedras utilizadas para construir el monumento megalítico de Stonehenge.
Los investigadores pudieron establecer que la mayoría de las piedras grandes, que conforman el icónico círculo principal Sarsen y la herradura trilithon al interior del monumento, provenían de unos 25 kilómetros en Wast Woods, una zona de gran actividad prehistórica.
“Los arqueólogos y geólogos han estado debatiendo de dónde provienen las piedras sarsen utilizadas para construir Stonehenge durante más de cuatro siglos. Estos datos nuevos ayudarán a explicar más sobre cómo se construyó el monumento y conocer las rutas por las que se transportaron las piedras de 20 a 30 toneladas”, explicó David Nash, autor principal del estudio.
De acuerdo con el profesor de geografía física de la Universidad de Brighton, los investigadores pudieron establecer esta relación tras utilizar datos geoquímicos que evidenciaron que 50 de las 52 piedras sarsen en Stonehenge comparten una química consistente y se originaron en un área en común en la zona de West Woods.
En ese sentido, estos nuevos hallazgos refuerzan la teoría de que los megalitos fueron llevados a Stonehenge prácticamente al mismo tiempo unos 2.500 años AC. Además, se cree que sus constructores pertenecían a una sociedad altamente organizada.
La historiadora de English Heritage, Susan Greaney, destacó que los resultados de esta investigación esclarecen el pasado de las piedras de Stonehenge y es un paso más para entender por qué se construyó este monumento en este lugar.
Precisamente, esta organización otorgó el permiso para realizar el estudio en el que se utilizó un espectrómetro de rayos X portátil que puede identificar las concentraciones químicas de una variedad de elementos.
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Algunos estudios previos ya habían establecido que los orígenes de las piedras azules más pequeñas que están en el centro del monumento de Stonehenge habían sido traídas desde unos 200 kilómetros de distancia en Gales.
“Así que debió haber sido un esfuerzo enorme en ese momento. Stonehenge es como una convergencia de materiales traídos de diferentes lugares”, explicó Nash, al destacar que las piedras sarsen y azules habrían sido colocadas al mismo tiempo.
Los científicos aún desconocen cuáles fueron las razones y por qué se trajeron piedras de gran tamaño desde largas distancias para construir este monumento.
“Aunque ahora entendemos dónde se originaron la mayoría de los megalitos sarsen en Stonehenge, aún quedan misterios por resolver. Todavía no sabemos de dónde vinieron dos de los 52 sarsens restantes en el monumento”, concluyó Nash.
Asimismo, se desconocen las áreas exactas en West Woods de donde se extrajeron los sarsens por lo que se requiere más investigaciones geoquímicas e investigaciones arqueológicas para descubrir los pozos y evaluar la forma como habrían sido transportadas.
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