El mundo ha presenciado una temporada de huracanes del Atlántico extremadamente activa y que ha marcado cifras récord en un año 2020 ya afectado por la pandemia del COVID- 19.
La Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) reveló que durante esta temporada se registraron 30 tormentas, de las cuales 13 se convirtieron en huracanes (vientos máximos de 119 km/h o más) y seis llegaron a convertirse en huracanes de gran categoría (vientos máximos de 250 km/h o más).
De esta forma, el año 2020 marca un registro histórico en la formación ciclónica en el océano Atlántico superando las 28 tormentas que se presentaron en 2005. Además, es el segundo año con el mayor número de huracanes formados durante la temporada.
Lo cierto, es que los científicos ya habían advertido y pronosticado este escenario ante las condiciones favorables para la formación de tormentas que se venían registrando en el océano y a nivel atmosférico.
“La temporada de huracanes del Atlántico 2020 se aceleró rápidamente y batió récords en todos los ámbitos. Nuestras inversiones en investigación, modelos de pronóstico y tecnología informática nos permitieron emitir pronósticos con mayor precisión para garantizar que los tomadores de decisiones y las comunidades estuvieran preparados”, indicó Neil Jacobs, administrador interino de la NOAA.
Precisamente, para evidenciar la magnitud de esta temporada de huracanes los expertos explicaron que varias tormentas se formaron de manera anticipada y entre los meses de mayo y julio se registró la formación de nueve ciclones con nombre.
Asimismo, la temporada fue tan activa que la lista predeterminada con 21 nombres para las tormentas se agotó rápidamente y se tuvo que recurrir, por segunda vez en la historia, al alfabeto griego para denominar a los ciclones que se formarían después de que la tormenta Wilfred se consolidara el 18 de septiembre.
Además, esta temporada también dejó la formación y desarrollo de cinco tormentas al mismo tiempo sobre la cuenca del océano Atlántico (Paulette, Rene, Sally, Teddy y Vicky), un hecho que se registró durante el pico de actividad en el mes de septiembre y que no se registraba desde 1971.
El 2020 también pasará a la historia como uno de los años con la formación del mayor número de huracanes de gran categoría (Laura, Teddy, Delta, Epsilon, Eta y Iota) que registraron vientos de más de 178 kilómetros por hora, siendo Iota el único que alcanzó la máxima categoría (5) con vientos de más de 250 kilómetros por hora.
Las causas
Los científicos explicaron que esta actividad de huracanes estuvo influenciada por una fase cálida de la Oscilación Multidecenal del Atlántico (AMO), la cual comenzó en 1995 y desde entonces ha favorecido la formación de tormentas y huracanes más fuertes y duraderos en el océano.
De acuerdo con los expertos, una temporada promedio produce 12 tormentas con nombre, incluidos seis huracanes, de los cuales tres se convierten en huracanes mayores de categoría 3, 4 o 5.
El pronosticador principal de huracanes estacionales en el Centro de Predicción del Clima de la NOAA, Gerry Bell, destacó que este año tuvo condiciones favorables que permitieron que el océano Atlántico tuviera una temporada ciclónica extremadamente activa.
“Como predijimos correctamente, este año volvió a estar presente un conjunto interrelacionado de condiciones atmosféricas y oceánicas favorables. Estos incluyeron temperaturas de la superficie del mar del Atlántico más cálidas que el promedio y un monzón de África occidental más fuerte”, indicó Bell.
De acuerdo con el experto, las condiciones de viento vertical mucho más débil y los patrones de viento provenientes de África fueron más favorables para el desarrollo de tormentas.
“Estas condiciones, combinadas con La Niña, ayudaron a hacer posible esta temporada de huracanes extremadamente activa y sin precedentes”, resaltó el científico de la NOAA.
Precisamente, uno de los ciclones protagonistas de esta temporada fue Iota, el poderoso huracán que alcanzó vientos de 258 km/h y que después de Eta fue el segundo huracán de mayor categoría que se desarrolló durante noviembre, un mes que usualmente tiene una menor actividad.
Los poderosos huracanes Iota y Eta dejaron graves inundaciones y un panorama de destrucción a su pasó por los países de Centroamérica, especialmente en Nicaragua y Honduras, así como en las islas colombianas de Providencia y Santa Catalina.
De esta forma, la temporada de huracanes del Atlántico del 2020 pasará a la historia como una de las más activas desde que se tienen registros, evidenciando también los efectos que puede tener el cambio climático en la formación de este tipo de fenómenos naturales.
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